Vivimos por decisiones mentales. La decisión más importante es dejarme guiar por mi Espíritu. Es la única manera de ser feliz. El Espíritu sabe siempre lo que necesito, lo que conviene a mi vida en cada momento. El ego intenta interponerse, pero no tiene poder real sobre el Espíritu, que es Luz (el ego es una sombra en mi mente que se difuma o disuelve con la Luz). Por eso debo estar atento a mi estado mental y preguntarme: ¿este pensamiento es verdadero, es bueno, me da paz? Tan pronto observo que siento rencor, enojo, envidias, miedos, intranquilidad, de inmediato sé que es el ego actuando en mi mente. Entonces, de inmediato, sin juzgarme ni criticarme ni culparme, le paso ese pensamiento al Espíritu que se encarga de disolverlo con su Luz. Eso es todo.
Me observo como si fuese mi propia Madre o Padre: con ternura, compasión, bondad, humor, y me sonrío ante pensamientos negativos. Decido enseguida volver retornar la mirada al Espíritu. Al no identificarme con el ego, le quito cualquier “poder” de influenciarme. Soy yo quien doy el poder a mi mente de querer lo que quiero. Así, cuando observo en mi mente pensamientos de enojo, de culpa, temor y rencor, no hago tres cosas: no reprimo, no proyecto y no me distraigo. Pues si hago eso, el ego se esconde (represión), echa a otros el problema (proyección) o me hace inconsciente (distracción). Es sencilla la solución: dejar al Espíritu hacer su trabajo en mi mente.
La sabiduría espiritual aconseja observar siete procesos -la ciencia actual de la neurocognición confirma científicamente ese consejo espiritual-. Los dos ensayos anteriores subrayan esa idea.
Se empieza por Vigilar, Observar, ser Consciente de lo que Pienso. Entonces:
i. Vigila tu pensamiento, pues lo conviertes en proyección
ii. Vigila tu proyección, pues lo conviertes en percepción
iii. Vigila tu percepción, pues lo conviertes en palabras
iv. Vigila tus palabras, pues las conviertes en acciones
v. Vigila tus acciones, pues las conviertes en hábitos
vi. Vigila tus hábitos, pues los conviertes en tu modo de vivir
vii. Vigila tu modo de vivir, pues se convierte en tu realidad
¿Ves la conexión entre pensamiento y realidad? Creas tu realidad con tu pensamiento. Por eso eres responsable de tus pensamientos. Puedes escoger entre dos modos de vivir: feliz o infeliz. Es fácil ver la decisión sabia, la que de verdad te conviene, la que corresponde a tu auténtico Ser.
Decide de nuevo ser feliz. Lo puedes hacer. Tienes el poder de tu Espíritu. Déjalo actuar en ti.
Pedro Subirats Camaraza
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