Wednesday, June 26, 2013

En qué pensamos al filosofar la educación? 5


Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
Facultad de Educación
Departamento Fundamentos de la Educación

Fundamentos Filosóficos de la Educación (EDFU 4019)
Pedro I. Subirats Camaraza

¿En qué pensamos al filosofar la educación? (5)

La pregunta clásica ¿qué es filosofía educativa? no tiene respuesta razonable porque está mal planteada. Por eso preferimos ¿en qué pensamos al filosofar la educación? La primera no vale la pena hacer. Decir que algo no vale la pena -no es pena de pesar o de escarmiento- es decir dos cosas: una, que tiene valor; otra, que merece cuidado y trabajo. ¿Qué es filosofía educativa? no es ¿qué es un mosquito? Misma sintaxis, diferentes significados. El interrogante ¿qué es? es metafísico y epistemológico. La metafísica teoriza propiedades esenciales de una cosa, qué le hace ser lo que es y no otra cosa. La epistemología analiza el conocimiento en validez, condiciones, límites y posibilidades. ¿Qué es mosquito? no es problema metafísico. El diccionario zanja: insecto díptero de alas membranosas, silbido y pico. Ni problema epistemológico, nadie sabe cómo mosquitos producen “conocimiento” más allá, o acá, de lo biológico.
Definir filosofía educativa diciendo “qué es” es problemático pues, precisamente, la filosofía y la educación, ambos conceptos, son sumamente complejos, polémicos y en cuestionamiento de sus definiciones nominales y conceptuaciones epistémicas.

Ante la complejidad de la filosofía y la pluralidad de la educación, la cuestión que sí vale la pena de pensar es la función de filosofar la educación, es decir, al pensar la filosofía educativa ¿qué pensamos, qué modo de razonar se hace, para qué sirve? Al integrar esos grandes campos del saber y del saber hacer -filosofía y educación- se crea una nueva identidad epistémica del quehacer filosófico y educativo. ¿Para qué?
Entiendo que para tres funciones: interpretación, crítica y propuesta.

Interpretación. En lenguaje cotidiano, interpretar es explicar el significado de algo. En lenguaje filosófico, interpretar es más que dar significado: es teoría del significado. El vocablo es hermenéutica, del verbo hermeneuein, interpretar. Se relaciona con Hermes, portador del mensaje de dioses o dios del lenguaje. Interpretar es descifrar lenguaje para dar un significado accesible y comprensible. La hermenéutica tiene un horizonte amplio al poner de relieve el problema del lenguaje como clave de la comprensión y conocimiento. Pues en último término, la hermenéutica se refiere a nuestro acceso al conocimiento, mediado por lenguaje que está condicionado por situación del hablante. El problema hermenéutico se plantea al tomar consciencia de la complejidad de la interpretación en el entendimiento humano. Complejidad no es relativismo -todo vale igual- ni escepticismo -no se puede saber-. Un principio hermenéutico es que no toda interpretación tiene misma validez o veracidad. Ante el objeto de indagación x se da igualdad de oportunidades de interpretar, pero sin asumir que los resultados valen igual en la adecuación a lo real y la veracidad. La hermenéutica es una teoría del significado por cuanto toda interpretación lo es, en última instancia, del sentido de algo. Lo primero a saber es que “datos” o “ideas”, en sí, tienen limitada importancia. Hay que “hacerlos hablar”, interpretar; la interpretación no está contenida en el dato o la idea, sino en la mente del que interpreta. En filosofía educativa, se interpreta para explicar el sentido de: a) datos o prácticas que se observan en educación, digamos, enseñar valores éticos, b) ideas pertinentes a la educación, digamos, el bien moral. En ambas instancias, la interpretación busca un significado más amplio del dato o la idea en sí, para indagar su relación con contextos en que acontecen y los enlaces con otros conocimientos disponibles -sociológicos, psicológicos, lingüísticos-. La práctica de enseñar valores no es indiferente de la concepción que se tenga del bien moral. En consecuencia, la función hermenéutica se complementa con la función crítica.  

Crítica. Un bien del humano es generar ideas. Un mal es que se atiborra de ellas, es poseído, mata por ellas. Actitud crítica toma de conciencia de lo condicionados que estamos en nuestros prejuicios. Si brilla ¿es oro? Hay que discernir, hacer crítica. La función crítica esclarece significado de los discursos y prácticas educativas con tres preguntas: ¿qué es eso?, para indagar el significado de lo que se dice o hace; ¿cómo lo sabes?, para analizar las razones que se aducen; ¿qué supones?, para examinar suposiciones que justifican una idea educativa o legitiman una práctica educacional. El término crítica en sentido estricto, como aptitud superior del pensamiento, surgió en el seno de la filosofía clásica griega. El ejercicio de esa aptitud dio origen a la tradición crítica en filosofía. Entendida como “metodología de conocimiento” en Kant, han sido numerosos los frutos de esa tradición, principalmente en Hegel, Marx, Escuela de Frankfurt, Habermas, y otros. Actitud crítica es juzgar y decidir. Lo que se juzga es el propio juicio. La crítica filosófica somete conocimientos, valores, ideas, al tribunal de la razón. La razón se juzga, pues, a sí misma; lo que hace de la crítica algo necesario (razón que no se examine es irracional) e interminable (porque circular): no se puede evitar entrar en ella, ni salir de ella. El pensar filosófico es en sí crítico. El verbo griego kríno mentaba originalmente la actividad de filtrar harina, ‘tamizar’. A partir de ahí tomo el sentido de elegir, decidir, usado en el ámbito jurídico -juez es krités, agente que aplica criterio de evaluación, juicio, de acuerdo con determinadas pautas de interpretación. Así, interpretar y crítica son lados del mismo proceso reflexivo. Que eventualmente conducen a proponer.

Propuesta. La educación siempre se fundamenta en una cosmovisión de la vida. No existe educación en vacío de ideas y creencias sobre el ser humano y su mundo. La función normativa o propositiva se mueve de lo que ahora es a lo que debe y puede ser la educación en concepción antropológica y sociopolítica del tiempo histórico. Función tan inevitable como polémica y difícil. ¿Con qué razones se aboga por una determinada filosofía educativa? ¿Qué la hace mejor que otras posibles?

Eso debe pensarse: interpretación y crítica lo facilitan. Tres funciones en una.
 

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