Wednesday, June 26, 2013

The Elephant in the room

The Elephant in the Room

En los siglos XVIII y XIX en Europa y América se va moldeando un sistema escolar calcado a semejanza de hospitales, cárceles y fábricas del comienzo de la era industrial. La naturaleza humana defectuosa y patológica necesita ser curada de sus males del pecado, la ignorancia y las rebeldías, por tanto, hay que encerrarla desde temprana edad en espacios clausurados para transmitir en serie uniforme los haberes de la cultura. Hospital, cárcel, fábrica: los modelos a imitar. En el siglo XX se consolida la escuela masificada, pasteurizada. En el siglo XXI la fisonomía social, política, científica, filosófica, ha cambiado. Sabemos más y mejor del ser humano. Pero la plataforma escolar del siglo 18 permanece inalterada en concepto, estructura y funcionamiento. ¿En qué? En la ideología del chip algorítmico que programa las instrucciones al sistema escolar: todos los alumnos son iguales en genética, cuerpo, psiquismo, necesidad, talento, talante, tono, vocación, contexto, karma, ritmo. Por ser idénticos o iguales deben estudiar y aprender:

- el mismo currículo
- a la misma hora
- en el mismo salón
- con la misma actividad
- teniendo la  misma experiencia subjetiva
- con el mismo método de instrucción
- aprendiendo de la misma manera
- con los mismos docentes
- evaluados con la misma vara de medición
- durante los mismos períodos de tiempo anual
- etcétera.

Pero Ana, José, María, Luis, tienen diferente tonalidad existencial, es decir, son humanos.  
   
The Elephant in the Room es una expresión literaria sobre un problema que todos conocen pero nadie lo admite abiertamente, ni se hace nada para resolverlo. Es obvio, está a la vista, el elefante, el problema. En una mesa están los comensales intentando comer en un salón. El elefante está en el mismo salón con su trompa tropezando. Es irrefutable ese dato. Pero nadie dice  “mira ese elefante en la habitación, vamos a sacarlo, qué mucho jode”.

Cualquier parecido con el sistema escolar no es coincidencia.







Pedro Subirats Camaraza
 

No comments:

Post a Comment