Wednesday, June 26, 2013

Aproximarse a la filosofía 2

Aproximarse a la Filosofía 2

13. Precisamente porque el ser humano vive inmerso en una realidad repleta de incógnitas o preguntas que asombran ante la magnitud y la complejidad de la realidad, es que se ve impelido a interpretar su situación. Esta interpretación puede ser mitológica, religiosa, científica o filosófica: grandes formas del conocimiento que, al ver la realidad enigmática, buscan su comprensión por medio de formas mentales que intentan dar una explicación, consolación o seguridad en el arduo quehacer de vivir.
14. Llamamos “mito” al relato fantástico de sucesos que se refieren a un pasado o a un futuro remoto e impreciso: el origen del cosmos, el origen del hombre y de los dioses, el destino humano después de la muerte, las fuerzas de la naturaleza, etc. En Grecia, a través de las complejas relaciones entre dioses, hombres y fuerzas del destino y de la naturaleza, el mito ofrecía respuestas globales sobre la condición humana y el cosmos en su conjunto. La mentalidad mitológica personifica las fuerzas naturales (tormentas, vientos, fuego, terremotos, ciclos atmosféricos, etc.) en divinidades cuya presencia y poder se deja sentir constantemente en el curso de los acontecimientos: Zeus lanza rayos y truenos desde las alturas del Olimpo, el tridente de Poseidón provoca las tempestades marinas, el sol es transportado por el dorado carro de Apolo. Además, la vida de los hombres, la suerte de las ciudades, las guerras y las paces, la realidad natural y humana, están estrechamente vinculadas a los dioses. Y, puesto que la voluntad de los dioses es libre y caprichosa, los fenómenos naturales y también la historia de cada persona y de las sociedades humanas son en gran medida impredecibles, a merced de poderes que no controlamos.
15. La relación entre los humanos y lo sagrado, entre lo natural y lo sobrenatural, es también la cuestión central de las religiones. Pero mitología y religión difieren en las fuentes en virtud de las cuales se adhiere una creencia. ¿Por qué creer en tal deidad o Divinidad? La explicación última radica en que la religión -las monoteístas- explica lo mismo que la mitología pero difiere en que la explicación es revelada. Es mayúscula “d” Dios, mientras que dioses mitológicos con minúscula. Las tres grandes religiones monoteístas parten de una revelación divina que consideran verdadera. Judíos, musulmanes y cristianos otorgan su fe al Dios que habla en textos sagrados. La fe es una forma de conocer, de testimonios y de tradiciones que no se apoyan en evidencias ni razonamientos lógicos, aunque no los descartan del todo. Las religiones orientales pertenecen a otra mentalidad que fusiona la filosofía y la religión como modos inseparables. Pero estos temas no son parte del curso.
16. Es claro que las mentalidades míticas y religiosas son incompatibles con la científica, pues la ciencia se constituye sobre el hallazgo de leyes naturales constantes, de regularidades que rigen el dinamismo universal, del que se hacen experimentos, pruebas y métodos que se replican en protocolos por quienes conocen la materia bajo investigación, con criterios para verificar la falsedad o veracidad de un enunciado. El conocimiento científico nace de la experiencia y es racional, pues, ya dijimos, se refiere a un mundo cuyas regularidades quiere explicar y predecir mediante un método. Método, del griego méthodos, el camino inteligente, por metódico, que recorre la ciencia entre hipótesis y comprobaciones, hasta lograr leyes y teorías que pueden demostrarse y darse a conocer públicamente, y que expresan conocimientos ciertos. La seña distintiva de la ciencia es la racionalidad, el poder explicativo de la razón. Veamos en qué consiste la explicación racional.
17. El paso del mito al logos, como tradicionalmente ha sido denominado el tránsito del mito a la razón, es el inmenso mérito histórico de los filósofos griegos. Ellos son los primeros en sustituir el azar por la necesidad, intuyendo que las cosas suceden cuando y como tienen que suceder: una sencilla intuición que está en los cimientos de toda la cultura occidental. Esta idea de necesidad tiene su origen en la misma permanencia y constancia observada en fenómenos naturales: el agua siempre se solidifica y deshiela a temperaturas determinadas, siendo el agua en ambos casos; a través de los cambios que convierten al infante en joven, en adulto y en anciano, permanece el mismo ser humano; asimismo, diferentes seres humanos de diferentes razas, etnias y culturas son igualmente humanos. Ese ser que permanece constante a través de los diversos cambios fue denominado por los griegos esencia (eidos). La esencia es, por tanto, el fundamento de la unidad de las cosas frente a la multiplicidad de individuos, de estados y de apariencias.
18. Para conocer la esencia, el pensamiento debe llegar, a través de las cualidades sensibles de un ser -lo percibido por los sentidos-, a lo que tiene de común con los demás seres de su especie. Por ejemplo, para los sentidos una balanza romana, inmensa en tamaño, comparada con una balanza electrónica microscópica, no tienen nada en común. Sólo la mente aprecia que, en esencia, al margen de sus diferencias de tamaño y forma, son objetos iguales por realizar la misma función: ambas son igual-mente balanzas. Conocer las esencias será, desde los griegos, conocer lo que verdaderamente son las cosas, lo que hay en ellas de constitutivo y permanente bajo la mutabilidad de las apariencias. Y ya hemos dicho que es la razón quien descubre lo esencial, lo común, lo permanente, más allá del carácter plural, cambiante y aparente captado por los sentidos.
19. El descubrimiento de lo permanente y lo común, en la filosofía griega, en particular Aristóteles, permite clasificar los seres del universo en varios grupos: minerales, vegetales, animales, humanos. En ese proceso de profundización y simplificación, los filósofos presocráticos llegan a la osadía, intuición o genialidad, de suponer que toda la realidad se reduce, en último término, a uno o pocos elementos. Nacidos casi todos en las colonias griegas del Asia Menor, Jonia, en el siglo VI a.C., la reflexión de los jonios se concentró en la determinación de los componentes básicos de la materia. Esta línea de investigación ha sido uno de los principales, y el primario, motores de la ciencia a través de los siglos hasta nuestros días, en el entendimiento del orden natural. La física, la astronomía, la química, la matemática, la biología, la geología, la climatología, y tantas más, son deudoras de un puñado de filósofos de esa antigüedad, con el único instrumento a su acceso: la razón.
20. Piensan los presocráticos que el principio radical, arjé, que permanece inmutable a través de todos los cambios puede ser el agua (Tales), el aire (Anaxímenes), el fuego (Heráclito), la tierra (Jenófanes), los cuatro elementos a la vez (Empédocles), los átomos (Demócrito), las semillas (Anaxágoras). Estas explicaciones pueden parecer demasiado simplistas, pero no lo son, porque además del aspecto material de esos elementos, ellos también se referían a los aspectos formales-simbólicos. El fuego material quema, el fuego de la mente transmuta, etcétera con los demás elementos. Los griegos dieron el paso de avance hacia el reconocimiento de una unidad básica de composición en todas las cosas. Junto a la idea de unidad encontramos la de estructura. Anaximandro fue el primero en hablar de un cosmos ordenado en ley, el primero en vislumbrar la gran interdependencia de todo el mundo visible e invisible, desde las profundidades de la tierra a las estrellas. Él aplica por primera vez la palabra cosmos a todo el universo, y lo reconoce como un enorme sistema regido por ley poderosa. De él proviene la fuente de la física moderna.
21. Otros pueblos orientales (China, India) alcanzaron un elevado nivel de civilización antes que los griegos, con sofisticadas cosmologías de no-dualidad, quizá más sugerentes que los presocráticos, pero sólo las categorías mentales de la filosofía griega ha hecho posible la ciencia, y en cierto sentido, la ha engendrado. Admitir esto significa reconocer en los helenos una aportación excepcional la historia de la cultura y del pensamiento universal .
22. Nos acercamos ahora a la filosofía en su fase de inicial denominada: sabiduría.




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