Lo que somos es el resultado de lo que pensamos. Nuestros pensamientos, palabras y acciones son hilos de la red con que nos envolvemos o nos liberamos a nosotros mismos. Todo depende del propósito o intención del pensamiento. Todo empieza en la mente que piensa, luego siguen como cascada las palabras que usamos y acciones que hacemos. Es red nos atrapa y esclaviza si los pensamientos son negativos, rencorosos, vengativos, de odio. Al contrario, los hilos pueden construir una formidable red de apoyo y sostén que nos levanta y nos impulsa en el ascenso a estados mentales de paz y felicidad en nuestra vida. Esta idea poderosa es la esencia de estos tres ensayos. La vamos a repetir muchas veces para fijarla bien en tu mente y la retengas.
Tal vez crees eres responsable de lo que haces, pero no de lo que piensas. La verdad es que eres responsable de lo que piensas porque es solamente en ese nivel en que puedes ejercer tu poder de libre decisión. Tus palabras y acciones son el resultado de tus pensamientos. En tu mente radica el poder de decidir. No olvides. En tu menta está tu gran libertad: poder decidir.
El pensamiento es energía. Con tus pensamientos canalizas de forma determinada a la energía, así, das vida a tus pensamientos, los manifiestas afuera de ti en el mundo. Tus pensamientos son fuerzas creativas o destructivas, depende de la calidad que les des. Esa energía sale de ti y la proyectas afuera. También la energía de otros pensamientos llega a ti. Eres transmisor y receptor de energía mental en constante intercambio con otras formas de energía que te circundan por el espacio mental planetario en diferentes frecuencias y ondas. Eres un radar con antenas -tus sentidos- que emiten y reciben energía de modo continuo. Tu estado mental de alegría o tristeza, ánimo o depresión, confianza o desconfianza, paz o infelicidad, depende de la frecuencia vibratoria en que tu mente opera o funciona en un momento determinado. Es tu entera decisión que tomas libremente. Date cuenta de eso, no engañes a ti mismo.
Si te sientes infeliz y triste se debe, simplemente, a que estás alimentando, inconscientemente, pensamientos que te llevan a ese estado mental depresivo. La energía “entiende” que en lo que tú pones atención es lo que quiere se convierta en tu realidad. Entonces, la energía trabaja para cumplir tu decisión y voluntad, y no distingue entre lo que temes y entre lo que deseas, ya que siempre vas a materializar para ti aquello que mantienes en tu mente, aquello en lo que estás poniendo tu atención y concentración. Por esa razón todo místico, científico, filósofo, artista y toda persona que ha elegido reconocer su Espíritu, expresa en su vida cotidiana lo que su Espíritu le revela para guiar su vida, y así, no da cabida en su mente a lo que no desea para su vida. Este es el motivo por el que, cuando cambias tu actitud mental, y te haces disponible al Espíritu en tu mente, cambia tu vida. Medita esta idea:
• Si para tu sistema de pensamiento elegiste paz, compasión, paciencia, tolerancia, buen humor, tus pensamientos tendrán la energía adecuada para conformar una mente sana, serena y sabia que te hará feliz en medio de contrariedades y problemas que enfrentes.
• Si para tu sistema de pensamiento elegiste miedo, rencor, culpa, odio, tus pensamientos afectarán y debilitarán las glándulas y las células de tu cuerpo así como tus emociones que se cargarán de negatividad produciéndote descontento e infelicidad.
Que tu mente esté atenta y vigilante para que observes con honestidad y humildad lo que estás pensando, la intención de tus pensamientos, las palabras que te dices a ti mismo, y las acciones que llevas a cabo. La única manera de cambiar algo en tu vida es, primero, darte cuenta que hay algo que debes cambiar, es decir, querer en verdad cambiar, y segundo, decidir cambiar de inmediato, sin demoras ni excusas. Si no observas el error, no lo puedes corregir. Si no quieres corregirlo, no lo harás. Tan simple como eso. No busques el error afuera de ti, sino en tu mente que decide pensar negativamente. Ve a sanar la causa, no el efecto. La causa: tu mente.
Todo lo que ves es el resultado de tus pensamientos, lo creas o no. Tus pensamientos tienen el poder de crear el mundo que percibes. Lo que “ves” afuera de ti es tu percepción de lo que tienes en tu mente. Cada pensamiento que tienes contribuye a que veas verdad o ilusión. La verdad te acerca a lo Real del Espíritu. La ilusión te adormece en un sueño, un espejismo que “ves” afuera de ti pero que no es real, es puro espejismo, es apariencia que produce el ego. Un pensamiento neutral, sin fuerza creadora, es imposible ya que todo pensamiento, por vano o simple que te pueda parecer, fortalece tu actitud mental, ya sea de paz o de miedo. A grandes rasgos tu proceso mental es así:
Desarrollas tu mente a través de tus experiencias → Basado en tus experiencias, eliges un sistema de pensamiento para tu mente → Tu mente genera una idea en la que pones creencias, das valor, das importancia → Esa idea fortalece tu sistema de pensamiento → Tu sistema de pensamiento te hace vivir experiencias concretas de esa idea que crees y has hecho “real”. ¿Te das cuenta de que, según esto, puedes estar atrapado en una trampa que tú mismo te has puesto pero no ves? Únicamente piensas en lo que conoces y en lo que crees es real. En el próximo ensayo veremos dos sistemas mentales, del Espíritu y del ego, y seguimos reiterando estas mismas ideas.
Pedro Subirats Camaraza
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