Aproximarse a la Filosofía 1
1. ¿Has viajado a un país que comen alimentos distintos a tus costumbres? Yo visité un país de gente muy amable que me ofrecieron uno de sus platos favoritos: un insecto gourmet. Accedí disimulando mi espanto pero mis tripas no soportaron. Yo sabía iba enfermarme y terminé en un hospital de gente hospitalaria. ¿Cómo sabía si nunca había probado la criatura? En todas las culturas se mantienen creencias y conocimientos que permiten actividades sociales y cotidianas, tales como cazar, producir, intercambiar, preparar y consumir alimento. ¿Por qué son las creencias y los conocimientos?, ¿cuándo podemos decir que sabemos algo y por qué? ¿Cuándo hacer o no hacer algo, por qué?
2. En este ensayo invitamos a incursionar en la filosofía, con asuntos y preguntas, que aunque sean sobre temas tan triviales como comer, nos llevan de inmediato a problemas de gran profundidad, como es el conocimiento y la verdad, o lo correcto o incorrecto en el terreno de las costumbres, o el bien y el mal en el campo de la moral, lo justo y lo injusto en política, y otros. Invitamos a un acercamiento a la filosofía, y a darse cuenta que, quizá más seguido de lo que ha creído, en realidad ha pensado asuntos y problemas filosóficos y ha practicado la ardua reflexión filosófica. Así, pues, empecemos por lo obvio.
3. ¿Cómo es posible que los seres humanos vivan en sociedad, sobrevivan, se relacionen entre sí, y mantengan relaciones amorosas y amistosas, así como relaciones de enemistad y de odio? ¿Cómo es posible que existan, subsistan y desarrollen sociedades humanas con sus instituciones, estructuras y con los tipos de acciones que realizan las personas? ¿Cómo y por qué actúan los seres humanos? ¿Cómo y por qué pueden relacionarse de una manera exitosa con su medio ambiente? ¿Cómo y por qué las sociedades son tan distintas en sus hábitos de vestir, comer, jugar, rezar, hablar, escribir, nacer y morir? ¿Cómo y por qué cambian las sociedades? ¿Por qué unas culturas se relacionan con otras, se mezclan, intercambian bienes con normalidad, o al contrario, buscan controlar, dominar, saquear y hasta violencia para que desaparezca? Una breve reflexión sobre estas preguntas lleva a la idea de que las acciones de los seres humanos son posibles en virtud de que todos ellos, sin excepción, mantienen creencias, suponen valores, y actúan conforme a normas y reglas que orientan esas acciones.
4. Al enfrentar situaciones de vida cotidiana, los seres humanos actúan conforme a multitud de creencias que han adquirido en el proceso de crecimiento y de socialización dentro de su medio ambiente y su entorno social. Así, se ponen en juego muchas creencias, desde las acciones más sencillas que realizan los individuos, pero que son fundamentales para la preservación de sus vidas, como las de alimentarse. En efecto, las acciones de alimentarse suponen creencias, tales como que ciertos productos son ciertamente alimenticios, es decir, que el organismo humano puede ingerirlos con provecho para la manutención de sus funciones vitales y que no son venenosos, por ejemplo, el insecto nutritivo para unos e indigesto a mí. Por lo general todas las culturas han desarrollado formas características de preparar los alimentos, con base a los productos naturales o cultivados a su alcance. Esto supone conocimientos de las virtudes alimenticias de muchos productos y formas de prepararlos, que se condensan en recetas o conjunto de reglas. La mayoría de las acciones sociales para sobrevivir y sostener una cultura, desde comer a curar enfermos a construir viviendas a fabricar utensilios del diario vivir a inventar tecnologías a crear instituciones para educar la cultura a jóvenes generaciones, suponen creencias, conocimientos, reglas.
5. Las acciones que los seres humanos realizan normalmente para alimentar, curar, fabricar, inventar, educar, suponen que al menos algunos, los que cocinan, fabrican, alimentan o educan, tienen un conocimiento de lo que hacen, y este conocimiento, supone creencias y reglas para hacerlo bien, es decir, un conocimiento que demuestre eficacia y, por ello, un conocimiento que se considera válido, es fiable. Por lo general se mantienen muchas creencias que no son puestas en duda, sino por el contrario, se consideran verdaderas, sin mayor dificultad, y cuya justificación no siempre es clara. Estas creencias, consideradas verdaderas, suelen tomarse como conocimientos. De un buen cocinero decimos que sabe cómo cocinar, porque sabe qué cocinar, qué productos pueden comer los seres humanos y cómo prepararlos. De un buen médico o albañil o ingeniero o maestro, en condiciones normales, se ponen en juego las creencias presupuestas y se aplican en la práctica sin ninguna preocupación.
6. La reflexión que hemos iniciado revela que nuestras acciones cotidianas, prácticamente todo lo que hacemos todos los días, son posibles en virtud de una serie de presupuestos de esas acciones. Que son necesarios para que esas acciones se realicen eficazmente. Y ni siquiera somos conscientes de que las acciones existen como presupuestos, como es el caso de las creencias, los conocimientos y las reglas que hemos visto que se presuponen en las acciones que realizamos para cocinar, curar, fabricar, educar, todos los días. ¿Dónde “están” esos conocimientos… en qué parte del ser humano, cómo es posible tener acceso inmediato a esas creencias, conocimientos, reglas, cómo y por qué se pudieran cambiar?
7. Nuestra reflexión revela todavía más cosas, no sólo la existencia de conocimientos, creencias y reglas, sino que existe una importante diferencia entre las meras creencias, de las cuales no sabemos si son o no ciertas, por ejemplo, cuando en el campo decimos, creo que esta yerba es venenosa, yo lo sé. ¿Cuál es entonces la diferencia entre creer -sin estar cierto- y saber, es decir, cuando pretendemos que lo que creemos es cierto?
8. Ya sugerimos que la diferencia es que cuando creemos estar en lo cierto, suponemos que la creencia en cuestión es verdadera. Pero ¿qué quiere decir que una creencia sea verdadera, y cuándo nosotros podemos decir que sabemos es verdadera? Muchas veces decimos que sabemos algo porque nos lo dice o demuestra alguien a quien concedemos autoridad en la materia, por ejemplo, el cocinero o el médico, a quienes creemos porque cocina un alimento que digerimos bien o introduce al varón un dedo para revelarnos que la próstata está bien. Les creemos es verdad al verificar resultados en el plazo del tiempo, al comer y orinar bien. También leemos libros del asunto o aprendido en la tradición oral. En otros terrenos, sin embargo, la cuestión es más compleja, por ejemplo, en el terreno de la ciencia o religión ¿por qué creemos que algo es verdadero en esos campos?
9. En general podemos alegar diferentes justificaciones para nuestras pretensiones de que sabemos algo. Por la ya mencionada autoridad de quien no los enseñó o mostró, o un cúmulo de experiencias pasadas, propias y ajenas. Pero en todo caso siempre tenemos que recurrir a un proceso de justificación para sostener nuestra creencia en la verdad de algo. Ese proceso de justificación para que creamos que algo es verdadero ¿por qué nos parece confiable, por qué nos parece un buen proceso o método de justificación de nuestras creencias? Más aún ¿qué quiere decir que una creencia sea verdadera?
10. Vemos, pues, que partiendo de una breve e inocente reflexión acerca de lo que suponen nuestras acciones cotidianas, tan sólo por preguntarnos qué hay detrás de lo que hacemos cada día y qué hace posible realizar esas acciones, y que los seres humanos mantengan las relaciones que mantienen -confianza, autoridad, duda-, llegamos a toparnos con ciertos problemas, ante los cuales nuestra primera reacción quizá sea de asombro: ¿qué diferencia hay entre creer y saber?, ¿qué significa que una creencia sea verdadera?, ¿qué es un procedimiento de justificación de las creencias? Además de creencias, ¿qué otros elementos suponen las acciones y los complejos de acciones que se dan en las sociedades y las culturas humanas? Y hay más preguntas que podemos plantear, ¿qué ocurre cuando calificamos como buena o mala la acción de una persona o un grupo humano?, ¿por qué es malo matar a las personas?, ¿por qué es bueno ayudar a nuestros semejantes?, ¿qué justificación podemos encontrar para nuestras normas morales, por ejemplo, la que prohíbe matar? En el campo de la política, ¿por qué adherirnos al programa de un partido político?, ¿cómo podemos justificar un programa de acción de un grupo político?, ¿qué significa realmente que un sistema político sea democrático?, ¿por qué la democracia es mejor como sistema político que la dictadura?, ¿democracia y capitalismo se necesitan?
11. Al acercarnos a la filosofía invitamos a incursionar en este tipo de preguntas y reflexiones sobre algunos asuntos y problemas que son de importancia en la actualidad. Por ejemplo:
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La vida y la muerte, biológicamente y culturalmente consideradas
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El sentido de la vida, por qué vivir, el sufrimiento, la felicidad
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Qué es la realidad, el mundo físico, el universo, lo sobrenatural
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Qué es la mente, pensamiento, consciencia, lenguaje, cordura y locura, cerebro
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La identidad humana, el yo, qué o quiénes somos, dimensiones del ser
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El conocimiento, percepción y experiencia, lógica y razonamiento, ciencia, verdad
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La fe, dios, lo sagrado y lo profano, fe y razón, la otra vida, ateísmo, la maldad
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Normas y valores, ética y estética, altruismo y egoísmo, intereses, amor, amistad
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Política y sociedad, autoridad, democracia, libertad, derechos, justicia, igualdad
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La guerra, violencia, terrorismo, maldad, odio, depredación
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Ecología, cuido del planeta y los recursos naturales
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Bioética, principios, naturaleza y cultura, polémicas
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La ciencia, métodos, principios, cambios conceptuales
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Las tecnologías, problemas ontológicos, epistemológicos y éticos
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La educación, fines, valores, métodos, sistemas
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El trabajo, valoración, justicia, dimensión subjetiva y objetiva, técnicas
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Cosmologías, visiones de mundo, ideologías
12. Estos y otros asuntos se surgen cuando los seres humanos se percatan que la realidad en que viven es enigmática e insuficiente, y hay que hacer algo: conocerla, situarse en ella. ¿Cómo? Desde el asombro, la interrogación, el sentido crítico, que hace pensar qué hacer con la realidad que se vive, y más, que se podría vivir.
Pedro Subirats Camaraza