1. Ancestros rondaban entre 7 y 5
millones de años; recogen piedras y fabrican utensilios, 2.5 millones de años;
Homo sapiens, aún no humano, 130.000 años, (veo varios en tren urbano); 50,000 a
30,000 años con cerebro y lenguaje más evolucionado exclama ¡qué carajo!; 10,000 años con mayor cognición es curioso al
ver naturaleza -agua, aire, fuego y tierra-, animales, bóveda celestial, seres semejantes
a convivir, otros a temer y defenderse, el cuerpo inmóvil que no reacciona (muerte,
origen de religión), piensa ¿quién soy?, ¿qué hago aquí?, ¿de dónde vengo?, ¿a
dónde voy?, ¿qué hacer?... Hasta hoy pensando lo mismo.
2. Deseo de conocer, poder pensar con
lenguaje articulado, creando obras, forjan las culturas con mitos, religiones,
artes, técnicas, ciencias, conocimientos, trabajos, política, gobiernos… un mundo
múltiple. La educación es natural y orgánica en ese mundo. Es consustancial con
la vida, un acontecer espontáneo en la cotidianeidad. Nuevas generaciones se socializan
en valores y costumbres al observar, imitar y aprender de adultos. La genética
no transmite ese legado de creencias y hábitos acerca de dónde estamos, quiénes
somos y cómo vivir. Esa es la función de la educación.
3. Al transcurrir largos milenios,
con la complejidad sociocultural, encuentros entre pueblos, economía
diversificada en trabajos, guerras y conquistas de territorios, aquella educación
que era espontánea, natural, orgánica, se formaliza en instituciones, con
tutores y maestros a cargo de transmitir la cultura. Aquella experiencia
educativa del vivir cotidiano se aleja y distancia en la formalidad institucional.
Lo que antes era natural, ahora es artificial. Al niño aborigen no le dan
libros de botánica, pero al que vive en ciudades se le enseña con láminas y
libros. Como sea, la educación es un quehacer con finalidad, razón de ser,
propósito que justifica, en respuesta a la pregunta ¿para qué educar? Respuestas
dan razones que legitiman una teoría, un lenguaje, un proyecto y una práctica
educativa. Filosofemos, pues.
4. Primero, a clarificar el
vocablo “fin” en dos usos comunes: se acabó, fin de la película, fin del romance,
fin de Lolo embalsamado con su saxofón; y fin como sentido o razón de ser.
5. Filosofía es distinta a otros conocimientos
de educación -psicología, economía, sociología-, no depende de investigación empírica
en recopilar data con métodos científicos cuantitativos, con “evidencias” que,
se asume, reflejan la realidad humana. De hecho, la filosofía cuestiona validez
de “evidencias empíricas” que declaran saber definitivo del humano. El razonamiento
inductivo (observar eventos singulares, de lo particular a lo general para establecer
reglas o explicar fenómenos), ese razonamiento sólo nos informa qué observó alguien
con métodos analíticos, en un tiempo y contexto determinado. Filosofar pone en
cuestión la posibilidad, nada improbable, que observadores del ser humano tienen
preconcepciones que, al investigar, seleccionan factores que confirman sus
preconcepciones, es decir, el humano racionaliza su creencia de sí. Filosofar es
dudar. El razonamiento empírico del humano no dice qué podría acontecer en otro
momento, otro contexto, si las condiciones son diferentes, investigadores son
otras personas con métodos, intereses o supuestos distintos, y si los humanos
bajo estudio son otros. Métodos empíricos en contextos particulares nada dicen
si cambian parámetros: si es otra experiencia, con otras intenciones, procesos
y relación interpersonal, otros contextos, otra pedagogía en aprender, otros
fines educativos.
6. Filosofía pregunta y
problematiza; las preguntas filosóficas incomodan, desafían, provocan, retan
comodidades del poder. La comodidad acomoda, es comodona, por tanto, es inflexible,
es intransigente, es intolerante. Comodidad del poder tiende a la estupidez.
Más de 150 años con misma estructura material, sin estética y funcionalidad,
misma idea antropológica, misma concepción de educación, en el orden de salones
de clase escolares, al sentar niños y jóvenes en pupitres fila india mirando al
frente en hacer lo mismo, misma hora, mismo grado con misma edad, es una
inaudita estupidez. Llegará el día en denunciar la impericia institucional educativa, violación sistemática, formal,
legal, moralizada, que hacen escuelas a las nuevas generaciones que merecen una
educación digna.
7. Preguntar qué, por qué, para qué, quiénes, qué podría pasar o cómo sería la
experiencia si… es el quehacer de filosofar ideas, lenguaje y prácticas
educativas; pensar las razones que justifican aceptar una idea, usar un
lenguaje o efectuar una práctica.
8. Veamos tres confusiones en
idea/lenguaje/práctica. Medios y fines. Metas y fines. Objeto y sujeto. Medios
son instrumentos, no fines; ejemplo, tecnologías y empresarismo; tecnologías no
educan, son medios de transmitir data, hacer contactos, acelerar tiempo,
acortar espacio, masificar, empresarismo no educa, será ingenioso o inventivo en
un nicho de competitividad, pero nada dice de virtudes y la intención del
sujeto que hace empresa. Meta es deporte carrera pista y campo, nadie “llega” a
“meta” educativa, a la educación no se llega apurado corriendo al premio en
orden de llegada. Humano es sujeto ontológico y ético, no un objeto a objetivar
y clasificar con pruebas, notas, grados, diplomas en hacer sentir y pensar una identidad.
En educación no se “fracasa”. ¿Qué es el fracaso humano? Instituciones dan “F”,
fracaso, juicio, culpa, penaliza al incumplir estándar en test estandarizado;
ciertamente que se justifica en instrucción y aprendizaje de actividades que
requieren demostrar eficazmente un saber teórico y pericia práctica (cirujano se
evalúa con rigor demostrable). Educar es otra experiencia en el interior del
ser. Estudiante exitoso, A académica, puede actuar como un vil canalla.
9. Mami, papi, no quiero ir a
la escuela, el clamor frecuente, ante el cual decimos a hijos/as y estudiantes
deben ir a escuela para eso, por eso, aprender eso que enseñan, si no aprenden eso no pasan de grado ni se gradúan. ¿Qué es eso de valor, prioridad, importancia, que justifica en moral y ley
dedicar tantos años, esfuerzos, recursos, a eso de tanta relevancia en engrandecer el país y el mundo, en ser
una persona bien educada? Lo que sea eso,
es el fin educativo.
10. En origen de universidad,
siglos XII y XIII, y nacimiento de escuela, siglos XVIII y XIX, está la idea con
raíz histórica: educar es conocer.
¿Conocer qué? Conocer conocimientos. ¿Qué
conocimientos? De la tradición histórica para la transmisión, formación y
conformación de nuevas generaciones. ¿Cómo se conocen? Con facultad primordial
de aprender: intelecto. Idea poderosa en diseño y función escolar, en forma y
contenido curricular, en pedagogía de enseñar y aprender, por edades, grados,
exámenes y calificaciones, títulos, niveles, etcétera. ¿De dónde se origina esa
idea? Idea que es una teoría del ser humano y su educación.
11. De filosofía griega en
inventar el logos -razón,
pensamiento, palabra, discurso, principio-, lo que separa del animal, la razón que
busca conocer verdades del mundo natural, humano, sobrenatural. Ser racional capaz
de conocer lo verdadero, en un universo inteligible, es decir, cognoscible por
el intelecto. Idea en la mentalidad Occidental, con raíces tan perdurables que
hasta se denomina la época actual era del
conocimiento. Educar es enseñar
conocimientos de tradiciones que disciplinan intelecto en aprender disciplinas
del conocimiento[1].
En la base filosófica de
universidades y escuelas se privilegia el intelecto
que se alimenta de disciplinas del conocimiento para formar al humano. Formar
es conformar. Se pregunta, ¿qué currículo es mejor para disciplinar el intelecto mediante disciplinas del conocimiento que forman y conforman al humano?
Repasemos tres respuestas.
12. Conocimientos dependen del
trabajo en profesiones y empleos del mercado económico. Estudiantes
universitarios se preparan para vida productiva en insertarse al mundo del
trabajo. Estudiantes escolares se preparan para adultez laboral, su vocación de trabajar se les facilita en la
secundaria test “vocacionales” que identifican talentos acoplados a trabajos,
profesiones. Si un estudiante filosofa preguntando con candidez irónica mi vocación es ser humano ¿a cuál nicho laboral se ubica? ¿Qué profesión es esa? Otra
respuesta: conocimientos de la tradición histórica que mantiene viva la civilización:
ideas, creencias, valores, costumbres, prácticas, instituciones, disciplinas
del conocer -naturales, sociales, científicas, humanísticas, artísticas,
tecnológicas, etc.-, énfasis es aprender con intelecto y memoria, dos
facultades primarias. El intelecto, una especie de músculo mental, se fortalece
con ejercicios repetidos; la memoria mental o sensorial se ejercita recordando textos
del canon grecolatino y judeocristiana. Y otra es educar el pensamiento;
pensamiento no acontece en abstracto, en vacío, siempre se piensa algo, un contenido. El quehacer
educativo curricular y pedagógico consistirá en determinar, de un lado,
procesos cognitivos a educar, y de otro, contenidos a educar. Procesos
cognitivos son modos del pensamiento en diversas manifestaciones. Contenidos
son temas y actividades de relevancia a los sujetos educandos, según sus
posibilidades, talentos, capacidades. Esas tres variantes no agotan enfoques
pedagógicos y curriculares, pero sí resumen en términos generales lo más común.
En otros escritos vemos otras alternativas[2].
13. Fines educativos en cada
enfoque se definen en los “perfiles de egresados”, o “perfiles del educando”, que
son características del desarrollo físico, emocional, intelectual, social, que
se puede demostrar de manera evaluable, a partir de disciplinas curriculares y
otras actividades que, no es casual, se llaman extra-curriculares.
14. En fin, como los fines
educativos no tienen fin, también es posible filosofar otra opción de fin
educativo fuera de asignaturas, evaluaciones, grados, títulos. Educación en ser humanos en saber vivir bien, sabiduría.
Educación abierta y libre en aprender a vivir en paz consigo, a relacionarse en
bondad con el prójimo, a usar inteligencia y experiencia en discernir mejores
opciones y decisiones. No juzgar, no culpar, no condenar (en sentido ético y
espiritual, no en lo jurídico). Fin educativo en cuidarse con amor, perdonar.
No creo posible programar eso en un
currículo ni enseñanza. Educación como decencia en vivir benevolente, sin hacer
daño. Nada más, y nada menos, basta en una vida serena, feliz.
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