Filosofar el
concepto educación I
1. La educación es el proceso de transformar al recién
nacido en humano, es un proceso lento en el tiempo, es ubicuo, acontece en
todas partes, siempre y cuando existan las condiciones materiales, psicológicas
y espirituales apropiadas al desarrollo integral de la persona en sus fases de
maduración. Por la educación se promueven y consolidan las capacidades
personales fundamentales para vivir la vida de modo consciente, libre,
responsable y solidario, en el mundo y con los demás, en el fluir del tiempo y
de las edades, en las relaciones interpersonales y en la vida social histórica.
2. Nacemos idénticos al chimpancé, 99% ADN, pero con una
diferencia radical: un ego engreído de ser dueño de todo, y destructivo. Educamos
para humanizar, amaestrar al salvaje adentro. En la especie humana no hay
transmisión hereditaria de cultura, la genética es biológica. La humanidad es
una adquisición: nacemos hombre o mujer, nos transformamos en humanos por la
educación. Quienes actúan para destruir no se apropian de la educación que
humanice.
3. Educar no es privilegio ni exclusividad de las instituciones
“educativas”. La evidencia histórica de mala educación institucional es abundante
No son analfabetos campesinos ni gente sencilla y buena en campos y montañas
quienes destruyen el mundo, son graduandos de instituciones quienes hacen
violencias, injusticias, corrupción. La generación adulta en instituciones que
asumen tarea de educar nuevas generaciones no debe cometer la infamia de reproducir
los errores históricos del mundo inhumano. Si no saben o no pueden darles un
mundo mejor, lo menos que deberían hacer es no impedirles encuentren sus propios
caminos, no estorbarles con las locuras que se hacen. Sobre todo, darles confianza,
facilitar libertad, guiar con inteligencia y benevolencia para que ensayen mejores
maneras de ser mejores humanos.
4. John Dewey incitó a filosofar la educación en 1938 (conferencia
Kappa Delta Pi, sociedad honoraria de educación, que se publicó en Experience and Education. Cito este
pasaje:
“The
basic question concerns the nature of education with no qualifying adjectives
prefixed. What we want and need is education pure and simple, and we shall make
surer and faster progress when we devote ourselves to finding out just what
education is and what conditions have to be satisfied in order that education
may be a reality and not a name or a slogan. It is for this reason alone that I
have emphasized the need for a sound philosophy of experience”.
¿Por qué Dewey interpela a “finding out just what education is? Precisamente porque
nos pide filosofar la experiencia educativa. Adjetivos “pure and simple”, ¿no parecen extraños
al aplicarse al sustantivo educación? ¿Qué debería ser experiencia educativa pura
y simple? El filósofo educativo pide pensar la educación con devoción, es
decir, con fidelidad a la verdad, sin adjetivos. Las preguntas de Dewey: (1) ¿En
qué consistiría una experiencia que merezca llamarse educativa? (2) ¿Cuál es la
naturaleza de la educación sin adjetivos prefijados que la cualifiquen? (3) ¿Qué
es educación, pura y simple? (4) ¿Qué condiciones se necesitan para que
educación sea realidad y no mero nombre? Las tres primeras son similares. La
cuarta es diferente. O la misma en variaciones.
5. ¿En qué consiste una experiencia educativa? ¿En qué
consiste la experiencia de jugar deporte? ¿Experiencia de amar al cónyuge? ¿Experiencia
de pasión sexual? ¿Experiencia de un alimento sabroso? Sabemos si sentimos las
experiencias, aunque sea difícil explicarlas. Lo cierto es que la educación es
una experiencia de vivir la vida. Con
Dewey y desde Platón, nos interpelamos a filosofar la experiencia de la educación.
6. Filosofar la educación se origina con Platón, el
primer filósofo que sistematizó un ideal educativo en La República, la idea de entregar el cetro de su utopía a los más
listos -los filósofos- para disolver así, en su raíz, la tensión de la verdad
con el poder. En su tiempo era una cuestión importante. Hoy también, la cuestión
de la aristocracia del ser y del saber, del poder de decidir, de la
constitución de una política de la polis, la ciudad, el pueblo, en los
principios que la rigen. Desde entonces, filosofar la educación es inseparable
de la política, la ética, los conocimientos, las prácticas sociales, la cultura,
la ciudadanía, las instituciones en una sociedad, y una noción antropológica de
quién es el humano y su sentido de vivir.
7. En la historia de la filosofía educativa se han
propuesto diversas razones para educar: desarrollo humano integral, bien común,
unidad del ser, felicidad, excelencia o plenitud, sentido de vivir, progreso
social y cultural, avance de conocimientos, evolución de consciencia, igualdad,
justicia, libertad, paz, entre otros. ¿Qué significan esos conceptos a la hora
de aplicarlos en la vida concreta, un contexto histórico, para unos seres de
carne y hueso, no abstracciones metafísicas? Esa pregunta no se puede evadir. Cualquieras
sean las respuestas, un hecho es irrefutable: los seres humanos nacen desprovistos
de instintos para vivir como humanos (a diferencia del animal) y necesitan ser
socializados en cultura. Se puede llamar educación a las relaciones directas e
inmediatas entre seres humanos que intentan sobrevivir y perdurar en su grupo,
comunidad o sociedad. Por ello la educación es ubicua, multiforme, multidimensional,
en diferentes planos y dimensiones, de ahí su complejidad en estudiar y
explicar el fenómeno educacional.
8. La educación sin bordes, sin fronteras, impredecible, incierta,
espontánea, permanente en la cotidianeidad. La educación lo menos
institucionalizada y controlada posible. Importa que el acontecimiento
educativo sea una experiencia en educere,
extraer del ser humano su potencial de bien, verdad, belleza, unidad, un
ideal antiguo en la filosofía.
9. Por extraño que parezca decirlo, educar no tiene un para
qué en producir cosas, no sirve para nada externo a ella. El valor de la
educación es intrínseco. Educar tiene que no servir para nada; o si hay para
qué, basta ser feliz, en paz consigo y los demás. Buena razón para
educarse. Que cada persona se de su proyecto de vida, lo que consideran da amor
a su vivir sin perjudicar a otros. Sigamos filosofando la educación.
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