Thursday, December 29, 2016

Filosofar el concepto "educación" I


Filosofar el concepto educación    I

1. La educación es el proceso de transformar al recién nacido en humano, es un proceso lento en el tiempo, es ubicuo, acontece en todas partes, siempre y cuando existan las condiciones materiales, psicológicas y espirituales apropiadas al desarrollo integral de la persona en sus fases de maduración. Por la educación se promueven y consolidan las capacidades personales fundamentales para vivir la vida de modo consciente, libre, responsable y solidario, en el mundo y con los demás, en el fluir del tiempo y de las edades, en las relaciones interpersonales y en la vida social histórica.

2. Nacemos idénticos al chimpancé, 99% ADN, pero con una diferencia radical: un ego engreído de ser dueño de todo, y destructivo. Educamos para humanizar, amaestrar al salvaje adentro. En la especie humana no hay transmisión hereditaria de cultura, la genética es biológica. La humanidad es una adquisición: nacemos hombre o mujer, nos transformamos en humanos por la educación. Quienes actúan para destruir no se apropian de la educación que humanice.

3. Educar no es privilegio ni exclusividad de las instituciones “educativas”. La evidencia histórica de mala educación institucional es abundante No son analfabetos campesinos ni gente sencilla y buena en campos y montañas quienes destruyen el mundo, son graduandos de instituciones quienes hacen violencias, injusticias, corrupción. La generación adulta en instituciones que asumen tarea de educar nuevas generaciones no debe cometer la infamia de reproducir los errores históricos del mundo inhumano. Si no saben o no pueden darles un mundo mejor, lo menos que deberían hacer es no impedirles encuentren sus propios caminos, no estorbarles con las locuras que se hacen. Sobre todo, darles confianza, facilitar libertad, guiar con inteligencia y benevolencia para que ensayen mejores maneras de ser mejores humanos.  

4. John Dewey incitó a filosofar la educación en 1938 (conferencia Kappa Delta Pi, sociedad honoraria de educación, que se publicó en Experience and Education. Cito este pasaje:
“The basic question concerns the nature of education with no qualifying adjectives prefixed. What we want and need is education pure and simple, and we shall make surer and faster progress when we devote ourselves to finding out just what education is and what conditions have to be satisfied in order that education may be a reality and not a name or a slogan. It is for this reason alone that I have emphasized the need for a sound philosophy of experience”.

¿Por qué Dewey interpela a “finding out just what education is? Precisamente porque nos pide filosofar la experiencia educativa. Adjetivos “pure and simple”, ¿no parecen extraños al aplicarse al sustantivo educación? ¿Qué debería ser experiencia educativa pura y simple? El filósofo educativo pide pensar la educación con devoción, es decir, con fidelidad a la verdad, sin adjetivos. Las preguntas de Dewey: (1) ¿En qué consistiría una experiencia que merezca llamarse educativa? (2) ¿Cuál es la naturaleza de la educación sin adjetivos prefijados que la cualifiquen? (3) ¿Qué es educación, pura y simple? (4) ¿Qué condiciones se necesitan para que educación sea realidad y no mero nombre? Las tres primeras son similares. La cuarta es diferente. O la misma en variaciones.

5. ¿En qué consiste una experiencia educativa? ¿En qué consiste la experiencia de jugar deporte? ¿Experiencia de amar al cónyuge? ¿Experiencia de pasión sexual? ¿Experiencia de un alimento sabroso? Sabemos si sentimos las experiencias, aunque sea difícil explicarlas. Lo cierto es que la educación es una experiencia de vivir la vida. Con Dewey y desde Platón, nos interpelamos a filosofar la experiencia de la educación.  

6. Filosofar la educación se origina con Platón, el primer filósofo que sistematizó un ideal educativo en La República, la idea de entregar el cetro de su utopía a los más listos -los filósofos- para disolver así, en su raíz, la tensión de la verdad con el poder. En su tiempo era una cuestión importante. Hoy también, la cuestión de la aristocracia del ser y del saber, del poder de decidir, de la constitución de una política de la polis, la ciudad, el pueblo, en los principios que la rigen. Desde entonces, filosofar la educación es inseparable de la política, la ética, los conocimientos, las prácticas sociales, la cultura, la ciudadanía, las instituciones en una sociedad, y una noción antropológica de quién es el humano y su sentido de vivir.

7. En la historia de la filosofía educativa se han propuesto diversas razones para educar: desarrollo humano integral, bien común, unidad del ser, felicidad, excelencia o plenitud, sentido de vivir, progreso social y cultural, avance de conocimientos, evolución de consciencia, igualdad, justicia, libertad, paz, entre otros. ¿Qué significan esos conceptos a la hora de aplicarlos en la vida concreta, un contexto histórico, para unos seres de carne y hueso, no abstracciones metafísicas? Esa pregunta no se puede evadir. Cualquieras sean las respuestas, un hecho es irrefutable: los seres humanos nacen desprovistos de instintos para vivir como humanos (a diferencia del animal) y necesitan ser socializados en cultura. Se puede llamar educación a las relaciones directas e inmediatas entre seres humanos que intentan sobrevivir y perdurar en su grupo, comunidad o sociedad. Por ello la educación es ubicua, multiforme, multidimensional, en diferentes planos y dimensiones, de ahí su complejidad en estudiar y explicar el fenómeno educacional.

8. La educación sin bordes, sin fronteras, impredecible, incierta, espontánea, permanente en la cotidianeidad. La educación lo menos institucionalizada y controlada posible. Importa que el acontecimiento educativo sea una experiencia en educere, extraer del ser humano su potencial de bien, verdad, belleza, unidad, un ideal antiguo en la filosofía.
  
9. Por extraño que parezca decirlo, educar no tiene un para qué en producir cosas, no sirve para nada externo a ella. El valor de la educación es intrínseco. Educar tiene que no servir para nada; o si hay para qué, basta ser feliz, en paz consigo y los demás. Buena razón para educarse. Que cada persona se de su proyecto de vida, lo que consideran da amor a su vivir sin perjudicar a otros. Sigamos filosofando la educación.






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