Educación. Desde que no sólo
hubo programación genética de la vida biológica, sino que aparece la cultura
-saberes, costumbres e instituciones- fue necesaria la educación. Mientras que
las pautas de conducta y transmisión de vida quedaban básicamente incluidas en
el código genético, y desde él, los seres vivos actuaban y se reproducían,
carecía de sentido el proceso educacional. Pero cuando hubo saberes colectivos y
habilidades que no los proporcionaba la herencia genética, y que, no obstante,
resultaban indispensables para que el reciente grupo zoológico sobreviviese, el
aprendizaje social fue indispensable. Ese aprendizaje es la educación.
Humano-cultura-educación
son fenómenos inseparables. El humano hace cultura y educación; la cultura hace
al humano y la educación; la educación origina al humano y la cultura. Ni
individual ni colectivamente, resulta factible referirse a uno de estos
elementos sin que ipso facto,
implícita o explícitamente, estén presentes los otros. El proceso educacional
no es un lujo añadido a la biología. Es constitutivo del humano. O hay traspaso
de cultura, es decir, educación, o el humano desaparece por falta de recursos, devorado
por otras bestias (incluido sí mismo), eliminado por microbios, o se queda en
animal como niño lobo. Lo mismo como individuo que como especie, el ser humano
subsiste y consiste en y por educación. Es el ser que tiene que ser
constantemente educado para existir.
El ser humano es ser, poder
ser y deber ser. Una rana es un
ser que sólo es, puede ser y debe ser rana. No hay lugar para educarla. Podemos
someterla al aprendizaje, pero éste es extraño y añadido y jamás se convertirá
por ello en mejor rana. Un elefante
de circo entrenado para subirse en un taburete, vestido con faldita, es un
elefante ridículo, sometido a otra especie para regocijo de ésta, ya que lo
propio de los elefantes es vivir al margen de las educaciones humanas; éstas
los manipulan y caricaturizan y nunca los hacen elefantes óptimos. El elefante perfecto se comporta como elefante. Lo
suyo es ser, pero no poder ser ni deber ser. El proceso educador no cuadra a los
animales ni vegetales, a ellos se tratará de una extravagancia, incongruencia.
Educación es la
experiencia interpersonal y colectiva en la creación y transmisión de cultura, de
transformar al humano de la tendencia de un salvaje violento, al humano que se
relacione con su prójimo en decencia y dignidad. La educación es una actividad
compleja, multifacética, en que intervienen ideas, creencias, conocimientos,
costumbres, objetos, situaciones, instituciones… es la experiencia espontánea,
informal, la socialización en que generaciones adultas transmiten a las recién generaciones
valores y prácticas sociales de la cultura. La educación también se formaliza y
sistematiza en instituciones y en expertos profesionales -es un problema que
tratamos en otros ensayos, confundir escolaridad con educación, universidad con
educación-.
Cuando la
socialización primaria cumple su cometido para que el humano sobre-viva en
sociedad, entonces es necesario el ser humano viva y no sólo sobreviva, es decir, que empiece a ser sujeto protagónico
de su vida. Y el quehacer educacional comienza proceso interior fuerte de concienciar
la felicidad y el sentido de vivir. Habrá
diferentes respuestas, pero todas coinciden en la necesidad de trazar un proyecto
de vida que, de algún modo, en los diversos modos de entender y vivir el
proyecto, éste implicará un conocimiento de sí, unas relaciones con los demás,
el examen socrático de las razones para vivir. En ello, la filosofía juega un
papel central, jugar, en sentido lúdico primordial.
Porque en última instancia
la educación se destina a asumir cada persona la responsabilidad de sí mismo ante las opciones en que debe decidir en
virtud de su capacidad de pensar
libremente qué hará con su vida.
Filosofía. Desde sus orígenes
en Grecia clásica, hace más de 26 siglos, la filosofía se constituye como el
saber general y profundo sobre la realidad, la existencia. El pensamiento
filosófico nace y se desarrolla en el medio sociocultural ateniense, con
exigencia de verdad y universalidad, en ello radica su utilidad, en ser reflexivo
y crítico, en coherencia interna y adecuación a la realidad, y no por hacer
técnicas o artefactos. Algunos tienen idea errónea de la filosofía, creyendo es
un saber abstracto desvinculado de cuestiones vitales de la vida ordinaria. No.
Los problemas y las cuestiones filosóficas son, precisamente, los problemas y las
cuestiones de la vida ordinaria que la afectan más profundamente: porque no hay
nada más práctico que la propia identidad; ni nada más útil que saber a qué
atenerse en la vida ante situaciones que dependen de valores y creencias (de
carácter filosófico); ni nada más inmediato que el sentido de vivir, la
felicidad, lo verdadero y lo falso, lo real y aparente, el bien y mal, la libertad,
el amor, la amistad, etc., materia prima del pensar filosófico en la
cotidianeidad. La filosofía no es ciencia útil
en el sentido que lo pueden ser matemática o ingeniería, pero de gran utilidad porque es la actividad de
un ser racional que ha de comprender y dirigir su vida, pensar, conocer,
contemplar, para vivirla mejor.
Filosofía de la Educación. Filosofar
la educación es preguntar y problematizar las razones para educar y las
condiciones de una mejor educación. Es un saber práctico de y desde la acción. La
filosofía de la educación no busca contemplar la actividad educativa, sino la mejora de esta actividad. En educación
una cosa es lo que es, otra lo que podría ser, y otra lo que debería ser. Al
pensar lo dado, lo posible y lo deseable, la filosofía educativa aporta una
función hermenéutica-crítica, normativa y holista.
La función hermenéutica-crítica
interpreta el quehacer educacional para esclarecer qué y por qué, formulando
preguntas y planteamientos que ayuden a la comprensión de la práctica educativa.
La función normativa es un complemento de interpretar, al proponer el deber ser, en la búsqueda de respuestas
y soluciones, aunque provisionales, de mejorar la educación. La función holista
es la mirada integradora de la filosofía en abrir diálogo y encuentro entre los
saberes que se ocupan de la educación. Ampliamos en otros ensayos educar,
filosofar y filosofar la educación.
No comments:
Post a Comment