Tuesday, January 8, 2013

Ser inteligente I


Ser inteligente I

Todos queremos ser inteligentes y también parecerlo a los demás. A nadie le gustaría que otros piensen es un estúpido o morón, a no ser que sea estúpido o morón, entonces, ni se da cuenta. Duele a nuestra autoestima que piensen somos unos pendejos. OK, pero ¿qué es ser  inteligente? Analicemos el origen o etimología de la palabra. El vocablo inteligencia procede de los términos latinos intus y legere que significan “leer dentro”; intelligens es el “que entiende”; legere es saber leer algo. De la etimología deducimos que la persona inteligente es aquella que sabe leer adentro, pero ¿adentro de qué? Pues de sí mismo, de la vida, de su circunstancia. Ser inteligente es quien se conoce a sí mismo, es honesto consigo, su vida es para él o ella un libro abierto; no se engaña, no se miente, sabe lo que piensa, siente y hace. Claro está, a veces para sobrevivir en la vida uno se ve en la situación de disimular o decir una mentirilla inocente, digamos, ante la pregunta ¿qué te parece mi nuevo peinado?, de la esposa, no conviene decirle ¡te ves espantosa, como siempre!, sino ¡bellísima, espectacular! Es una leve hipocresía que no afecta la autoestima.

Así que la persona inteligente sabe leer-se honestamente y está en contacto con su realidad, con el mundo y personas que le rodean. La gente inteligente usa la información que tienen a mano; aprovechan la experiencia propia y ajena; aplican los conocimientos que saben; y todo eso para saber vivir resueltamente, con efectividad en lograr sus propósitos y disfrutar la aventura de vivir, pero no vivir de cualquier manera, sino de vivir bien. Algunas características de la persona inteligente:

Se conoce a sí mismo, sabe qué quiere de su vida, qué propósitos dirigen su ser.
Piensa por cuenta propia, suelta las ataduras de ideas y creencias que le esclavizan.
Es responsable de sí mismo, asume las consecuencias de sus decisiones y actos.
Resuelve problemas con efectividad.
Es honesto en reconocer la realidad tal cual es, no como quiere que sea, no se engaña.
Ve las alternativas que tiene ante sí y elige la más adecuada, correcta o conveniente.
Cambia su manera de pensar si ve razones o evidencias para hacerlo.
Cambia su modo de actuar si encuentra mejores formas de comportarse.
Corrige sus errores, sin menospreciarse ni juzgarse, ni culparse, ni castigarse.
Aprovecha toda oportunidad para aprender algo bueno y necesario.
Disfruta la vida a pesar de altibajos y obstáculos que se le presenten en el camino.
Es bondadoso, no hace daño a los demás, su corazón es generoso y disfruta ayudar.
Vive en paz consigo, es alegre, es feliz, se ama y ama a los demás.

La persona inteligente usa el poder de su mente: libertad, decisión y responsabilidad. Dada una situación que debe atender o resolver, la inteligencia piensa las causas de la situación, visualiza las alternativas, anticipa consecuencias, nativas, decide la más correcta, actúa con resolución, observa los resultados de su decisión y acción, hace ajustes, aprende lecciones de la experiencia, y sigue haciendo camino al andar, como el poeta Machado. Ser inteligente es saber actuar correcta-mente en cada situación; entiende y se hace cargo de la realidad, vive con propósito dándole sentido a su vida.
Un gran desafío de la educación es inventar una pedagogía de la inteligencia desde temprana edad. El niño tiene la capacidad de pensar, buscar y encontrar la verdad, el bien, la unidad. La educación debería facilitarle experiencias y condiciones para ese gran aprendizaje. Una manera  de concebir esa educación es visualizar la inteligencia con cinco coordenadas; una geografía de la inteligencia: largo alcance, amplitud, profundidad, altura y unidad. Veamos brevemente.
La inteligencia de largo alcance ve más allá del corto plazo, tiene mirada del horizonte del futuro posible, que ahora no es, pero puede ser con esfuerzo y voluntad. La inteligencia de amplitud ve el contexto de lo que ocurre, considera varios aspectos de la situación, sin estrechez de miras, sino con capacidad de sostener en la mente varias ideas simultáneas y contrarias. La inteligencia de profundidad ve que todo acontecimiento tiene una razón de ser cuando se mira con hondura, no desde la superficie; en lo más hondo y profundo de nuestro Ser habita el Espíritu que nos une. La inteligencia de altura ve las cosas, los acontecimientos y las luchas diarias con actitud serena, con tranquilidad y calma, porque está en lo alto de la montaña, por encima de esas luchas, que no las ignora pero tampoco se deja atrapar por el trajín, la prisa, el estrés o incluso el dolor diario; la altura da a la mente una nueva dimensión de desprendimiento, desapego y perspectiva con la que se sabe vivir mejor. La inteligencia de unidad ve que todo en la vida está interrelacionado, todo está conectado con todo, la realidad es una en su aparente diversidad, existe una unidad subterránea por debajo de los fragmentos dispersos de la vida, en esencia cada persona es parte del todo Humano, somos Un Mismo Ser en la Unidad de Dios.
El objetivo de la inteligencia es la felicidad, la paz interior. Somos inteligentes en tanto y cuanto sabemos salir bien parados, con integridad y con satisfacción, de la situación en que estamos. Por eso no confundamos la inteligencia con los conocimientos de libros, con la erudición, con la gente escolarizada y académica adictos a títulos o diplomas. La inteligencia no tiene que ver con eso. Es más, con frecuencia las personas con títulos suelen ser pedantes, arrogantes, vanidosos, se creen mejores o superiores porque cuelgan un diploma en la pared, y sin embargo, suelen actuar de modo bastante torpe e ineficaz. Basta evidenciar el ejemplo del mundo: es dirigido por gente “educada” en universidades que deberían saber resolver problemas, y hacen lo contrario, es decir, crean, agravan y complican más los problemas. Eso se llama estupidez: fracaso de la inteligencia es la estupidez, tema de otro ensayo.
La inteligencia es creativa. La “realidad” no está decidida del todo, no es final ni está acabada, aguarda a ser creada de nuevo. La inteligencia hace descubrir o inventar posibilidades de qué hacer con la realidad que somos y podemos ser. Para el bien y la felicidad de todos.  La inteligencia es la mejor aliada de vivir bien y ser felices.

Pedro Subirats Camaraza

1 comment:

  1. Pedro tus analysis como siempre tan profundos y significativos...

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