Universidad de
Puerto Rico
Recinto de Río
Piedras
Facultad de
Educación
Fundamentos
Filosóficos de la Educación: EDFU 4019
Profesor:
Pedro I. Subirats Camaraza.
Fines Educativos III
15. En
definitiva ¿qué deberían hacer escuelas y universidades? Una respuesta rápida es
educar. Pero “educar” es un concepto polivalente con diversos significados[1].
Las múltiples definiciones de educar tienen tres elementos comunes: una
antropología de lo que somos y podemos llegar a ser; una concepción de la
sociedad ideal por la que se debe luchar y alcanzar; y una noción de la
realidad. En ese trípode conceptual se asienta la educación como el empeño de
acortar la brecha entre una realidad insatisfactoria y el ideal que se deba
lograr. En tal sentido, una teoría poderosa subyace en el origen de la universidad
medieval (s.12) y moderna (s.19) y de la escuela moderna (s. 19): que educar equivale
a conocer, pero conocer ¿qué?, pues lo
que es obvio a conocer, los conocimientos,
¿cómo conocerlos?, pues con la facultad primordial de aprender, el intelecto. Poderosa idea que configura
el currículo y la pedagogía. ¿De dónde
se origina tal teoría?
16. De la
filosofía griega que inventa el logos -razón,
pensamiento-, la seña humana que nos separa de los animales. El distintivo humano
es su razón que busca conocer las verdades que expliquen el mundo natural, humano
y sobrenatural. La idea de un ser racional en búsqueda del conocimiento que sea
verdadero está enraizada en la mente humana Occidental. Las raíces son tan
hondas que incluso se denomina la época histórica actual como del era del conocimiento (no creo correcta esa
expresión, pero ese es otro asunto). Durante siglos se ha comprendido educar
como enseñar conocimientos verdaderos a ser aceptados de fuentes de tradición o
autoridad que los encontraron antes que uno. No sólo tenemos herencia genética,
sino herencia cultural. De ese árbol filosófico con raíces profundas brotan
diversas ramas curriculares, en apariencia diferentes pero de igual fundamento.
Los conocimientos contenidos en el currículo representan el legado de
tradiciones culturales de lo estimado valioso a ser transmitido a nuevas
generaciones[2]. Educar equivale a disciplinar el intelecto
para aprender disciplinas del conocimiento [3].
En el fundamento filosófico de universidades y escuelas se privilegia la
dimensión del intelecto o pensamiento[4] que
se alimenta del conocimiento para perfeccionar al humano. ¿Qué currículo puede disciplinar el intelecto mediante las disciplinas del conocimiento? Esa es la
cuestión crucial que debe decidir una institución educativa. Repasemos
brevemente cinco enfoques curriculares que han tenido notable presencia en los
sistemas educativos.
17. Un enfoque
plantea que el conocimiento a educar depende de los requerimientos del trabajo
según los oficios, profesiones, empleos, etc., del mercado económico. El
estudiante universitario debe prepararse para la vida productiva, es decir, aprender
habilidades que le permita insertarse exitosamente en el mundo del trabajo[5].
Al estudiante escolar le preparan para su adultez laboral, su vocación de trabajo, por eso, la escuela
secundaria da pruebas vocacionales para identificar trabajos según
características psicológicas. ¿Y si un estudiante decidiera tener vocación a ser un ser humano? Las universidades privilegian este enfoque: títulos son
pasaportes al trabajo.
18. Un segundo enfoque
sostiene que se deben transmitir conocimientos factuales, es decir, los hechos
que han demostrado sobrevivir la prueba histórica en ciencias empíricas,
humanidades, ciencias sociales, etc. El énfasis es aprender hechos, recordarlos
en la memoria y demostrar por exámenes que conoce el “material”. El intelecto
–músculo mental- se ejercita con ejercicios que le fortalece repitiendo los hechos
memorizados de fuentes o textos de autoridad.
19. Un tercer
enfoque es el canónico: estudiantes deben aprender la tradición cultural
grecolatina y judeocristiana de la civilización Occidental en sus construcciones
de las ciencias, la moral, la estética, las artes, etc. El conocimiento civilizado
está depositado en un canon del saber que una persona educada debe conocer. Por
tanto, la educación es exégesis e interpretación de textos y obras culturales
que han sido, son y serán vitales a la sobrevivencia de la civilización.
20. El cuarto
enfoque intenta educar el pensamiento con temas o asuntos que sean pertinentes
al estudiante. El pensamiento no acontece en abstracto, en un vacío, siempre se
piensa en algo, en un contenido. La
tarea curricular y pedagógica consiste en determinar, por un lado, los procesos
cognitivos a educar, y por el otro, los contenidos a educar. Los procesos
cognitivos se refieren a los modos de pensar o en sentido amplio a la
inteligencia en sus diversas manifestaciones, que se aplican a los temas o asuntos
de relevancia o importancia a los sujetos educandos.
21. Un quinto
enfoque plantea la insuficiencia de conocer intelectualmente sin demostrar que
se es capaz de hacer algo con ese
“conocimiento” en un contexto de aplicación. Si alguien sabe, debería saber
ejecutar una habilidad práctica que otros puedan comprobar. El assesment es el
intento de verificar del modo más objetivo posible, con instrumentos
confiables, si el educando en verdad conoce. Puesto que la mente es
inaccesible, la persona debería demostrar una conducta que refleje lo que dice
saber.
Estos enfoques
tienen sus méritos, al fin y al cabo la mayoría de nosotros aprendimos así.
Pero son insuficientes por razones que seguiré reflexionando. Si te apetece,
podemos continuar.
[1] Ver el ensayo Definiciones de educar.
[2] Ver el ensayo Epistemología o conocer el conocimiento.
[3] Foucault explica en Vigilar y Castigar por qué “disciplina” tiene los dos significados:
control de conducta y materia de estudio.
[4] Uso indistintamente ambos vocablos, aunque hay
diferencias significativas, pero para este ensayo representan la dimensión
cognitiva que la educación fomenta por encima de otras dimensiones
(emocionales, corporales, sociales, espirituales).
[5] Algunas universidades adoptan la moda del empresarismo (traducción de entrepeneurship) para formar egresados que se las ingenien por
cuenta propia en iniciativas empresariales buscando nichos de oportunidad en el
mercado. Es la respuesta universitaria al desempleo y la paradójica situación
que el egresado no encontrará trabajo en su profesión, por lo cual deberá buscárselas
a sobrevivir siendo su propio empresario. Esta teoría mercantil de la educación
es no sólo problemática, sino absurda, pues educar el empresarismo es como
querer educar para… Aprender a ser poetas
101.
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