Tuesday, May 8, 2012

Fines Educativos II


Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
Facultad de Educación

Fundamentos Filosóficos de la Educación: EDFU 4019
Profesor: Pedro I. Subirats Camaraza.

Fines Educativos II 

8. En una escuela, ¿dónde podemos ver los fines educativos que promocionan o fomentan? No es fácil responder pues se trata de algo invisible o intangible, a diferencia de ver las condiciones físicas o materiales del plantel escolar, los recursos en la biblioteca, el patio, la infraestructura tecnológica, etc. Existen criterios para observar y evaluar el estado de situación material de una escuela. Pero ¿dónde buscar los fines educativos, con qué criterios pensarlos? Exploremos esto.

9. Un buen día la maestra de tercer grado entra al salón a enseñar. Por rutina inconsciente lo primero que hace es observar a sus estudiantes, es una acción sensorial automática cuando entra al salón. Una simple mirada casual, nada fuera de lo ordinario. Lo hacemos habitual-mente en nuestra vida diaria. Millones de estímulos externos impactan nuestros sentidos en cada instante, pero el cerebro no atiende esos estímulos de modo consciente y detallado –autistas savant son excepcionales-. El cerebro es un órgano autoorganizado con una inteligencia formidable para ahorrar energía, así, envía los estímulos a las redes neurales que los registran en el almacén del inconsciente. Durante años la maestra entra al salón observando casual-mente a sus estudiantes. ¿Qué ve? Pues ve los cuerpos de sus estudiantes sentados en pupitres y ve el entorno material del escritorio, la pizarra, las paredes, etc. Pero hoy rompe su rutina inconsciente con una curiosidad filosófica. De su inconsciente brotan las preguntas maravillosas que con espontaneidad hacen los niños-filósofos que buscan conocer, antes que adultos miedosos o ignorantes les refrenen seguir preguntado e inhiban su curiosidad. El niño-filósofo se admira ante el mundo que desea conocer y pregunta con candidez, ¿qué es esto?, ¿por qué?, ¿cómo así? Grandes preguntas metafísicas, epistemológicas y éticas de la niñez en su búsqueda de sentido, razones o justificaciones que expliquen su experiencia cotidiana. Estupenda lección magistral del niño al adulto. La maestra, honrando su propia niñez, al entrar hoy al salón se queda perpleja ante la nueva observación filosófica: ¿por qué este salón es así?, ¿qué es esto?, ¿por qué los estudiantes miran al frente?, ¿qué es eso de pupitres en fila india?, ¿qué está ocurriendo aquí en mi salón?

10. Ahora las preguntas de la maestra adquieren peso y densidad diferente. Se adentra a filosofar. Ya no busca ver cuerpos de estudiantes sentados en pupitres en fila frente ella y la pizarra detrás. La interrogante es radical, ¿quiénes son esos estudiantes?, pero no María o Junior, no nombre, edad, tamaño, aspecto físico, sino, ¿quién está sentado ante mí, qué hacen ahí, para qué están aquí, qué sentido tiene esto que hacemos, por qué, para qué quiero educarles? No son preguntas inconsecuentes. El intento de pensarlas marca una diferencia en la conciencia de la maestra. Ha entrado en el arco de la filosofía educativa. En un polo, la antropología del ser, en el otro, la pedagogía del quehacer. En ese contínuum se mueve la filosofía educativa, del lado teórico al práctico y viceversa, en ida y vuelta, proceso pendular de pensar y hacer, preguntar y responder, cuestionar respuestas y preguntar de nuevo, dialéctica interminable. Ahora la maestra trasciende su observación casual y rutinaria de ver un estudiante sentado ante ella para copiar y memorizar lecciones. ¿Qué ser humano está ante mí?: cuestión antropológica. ¿Para qué, por qué educarle?: cuestión pedagógica. Inseparables.

11. La filosofía educativa, en rigor, es el intento de pensar ambas cuestiones. No es suficiente ni basta con arreglar edificios, equiparlos de tecnologías y recursos, financiar, etc., si no sabemos ¿para qué, por qué? Los fines de la educación condicionan la función social de las instituciones educativas, justifican currículos, determinan procesos pedagógicos y la misma organización y el funcionamiento del sistema depende de la idea de quiénes se educan, qué es educar y para qué.

12. Si como dicen los arquitectos, en diseño la forma sigue a la función, también en educación las formas –recursos, medios- siguen a la razón filosófica de educar (=función). Decimos a los estudiantes para eso vas a la escuela. Decimos a las familias a eso tu hijo viene a aprender. Decimos a la sociedad para eso apoyamos la educación. ¿Qué es eso? Es el fin de la educación.

13. Lo demás viene por añadidura; pues bien, volvamos a la pregunta original ¿dónde ver eso de los fines educativos? Puesto que es algo intangible y tácito en la mente del ser humano, de algún modo ha de traducirse en algo tangible y explícito. Empecemos por ver los fines educativos en los textos oficiales de las instituciones en que declaran su misión o propósitos. Sin duda que se puede escribir cualquier demagogia, el papel no ofrece gran resistencia. He leído innumerables declaraciones filosóficas que se desmienten con la realidad de la experiencia de los estudiantes.
No obstante, esos documentos nos ofrecen una idea general de las intenciones y deseos de una escuela o universidad. Es habitual en instituciones educativas con interés de elevar su estatus académico que traduzcan su misión o “filosofía educativa” en un texto denominado perfil del egresado, la especificación de cualidades o competencias que el egresado debe exhibir –vocablo técnicamente correcto[1]- al graduarse de la escuela o universidad de marras. Los perfiles cumplen usos pragmáticos para desarrollar currículos, establecer ofertas académicas, definir estrategias de enseñar, evaluar estudiantes, etc. Un cínico advertirá que no es más que un laundry list, pero a la filosofía educativa le interesa saber qué piensa una institución sobre el estudiante educado en su oferta educacional: carácter, comportamiento, habilidades, pensamiento, conocimientos, valores, etc., que sean indicativos que ese estudiante merece graduarse… pues se educó bien.

14. Magna tarea, pues, redactar un perfil del egresado. Hay que pensar cuestiones de fondo sobre el ser humano, la sociedad, el conocimiento, la verdad, el bien, la economía, el trabajo, el ocio, la alegría, el dolor, el amor: desde esa matriz concebimos al educando y su educación[2]. Regresemos con la maestra. ¿Qué quisiera ver en sus estudiantes que se educan en su grado y en su escuela?

Continuamos.


[1] Las graduaciones son exhibiciones públicas con atuendos medievales que simbolizan a egresados certificados bajo los perfiles de la institución que los diploma en ese evento memorable. Hans Christian Andersen pone en boca de un suspicaz niño ante el galante Emperador la célebre frase inocente The King is Naked! Da qué pensar.
[2] Ver ensayo sobre Perfil del graduado de escuela superior.

No comments:

Post a Comment