Universidad de
Puerto Rico
Recinto de Río
Piedras
Facultad de
Educación
Fundamentos
Filosóficos de la Educación: EDFU 4019
Profesor:
Pedro I. Subirats Camaraza.
Fines Educativos
II
8. En una escuela,
¿dónde podemos ver los fines
educativos que promocionan o fomentan? No es fácil responder pues se trata de
algo invisible o intangible, a diferencia de ver las condiciones físicas o
materiales del plantel escolar, los recursos en la biblioteca, el patio, la
infraestructura tecnológica, etc. Existen criterios para observar y evaluar el
estado de situación material de una escuela. Pero ¿dónde buscar los fines
educativos, con qué criterios pensarlos? Exploremos esto.
9. Un buen día
la maestra de tercer grado entra al salón a enseñar. Por rutina inconsciente lo
primero que hace es observar a sus estudiantes, es una acción sensorial automática
cuando entra al salón. Una simple mirada casual, nada fuera de lo ordinario. Lo
hacemos habitual-mente en nuestra vida diaria. Millones de estímulos externos
impactan nuestros sentidos en cada instante, pero el cerebro no atiende esos
estímulos de modo consciente y detallado –autistas savant son excepcionales-.
El cerebro es un órgano autoorganizado con una inteligencia formidable para
ahorrar energía, así, envía los estímulos a las redes neurales que los registran
en el almacén del inconsciente. Durante años la maestra entra al salón observando
casual-mente a sus estudiantes. ¿Qué ve? Pues ve los cuerpos de sus estudiantes
sentados en pupitres y ve el entorno material del escritorio, la pizarra, las paredes,
etc. Pero hoy rompe su rutina inconsciente con una curiosidad filosófica. De su
inconsciente brotan las preguntas maravillosas que con espontaneidad hacen los
niños-filósofos que buscan conocer, antes que adultos miedosos o ignorantes les
refrenen seguir preguntado e inhiban su curiosidad. El niño-filósofo se admira ante
el mundo que desea conocer y pregunta con candidez, ¿qué es esto?, ¿por qué?,
¿cómo así? Grandes preguntas metafísicas, epistemológicas y éticas de la niñez
en su búsqueda de sentido, razones o justificaciones que expliquen su
experiencia cotidiana. Estupenda lección magistral del niño al adulto. La
maestra, honrando su propia niñez, al entrar hoy al salón se queda perpleja
ante la nueva observación filosófica: ¿por qué este salón es así?, ¿qué es
esto?, ¿por qué los estudiantes miran al frente?, ¿qué es eso de pupitres en
fila india?, ¿qué está ocurriendo aquí en mi salón?
10. Ahora las
preguntas de la maestra adquieren peso y densidad diferente. Se adentra a
filosofar. Ya no busca ver cuerpos de estudiantes sentados en pupitres en fila
frente ella y la pizarra detrás. La interrogante es radical, ¿quiénes son esos
estudiantes?, pero no María o Junior, no nombre, edad, tamaño, aspecto físico, sino,
¿quién está sentado ante mí, qué hacen ahí, para qué están aquí, qué sentido tiene
esto que hacemos, por qué, para qué quiero educarles? No son preguntas inconsecuentes.
El intento de pensarlas marca una diferencia en la conciencia de la maestra. Ha
entrado en el arco de la filosofía educativa. En un polo, la antropología del ser, en el otro, la pedagogía del quehacer. En ese contínuum se mueve la
filosofía educativa, del lado teórico al práctico y viceversa, en ida y vuelta,
proceso pendular de pensar y hacer, preguntar y responder, cuestionar respuestas
y preguntar de nuevo, dialéctica interminable. Ahora la maestra trasciende su
observación casual y rutinaria de ver un estudiante sentado ante ella para
copiar y memorizar lecciones. ¿Qué ser humano está ante mí?: cuestión
antropológica. ¿Para qué, por qué educarle?: cuestión pedagógica. Inseparables.
11. La filosofía
educativa, en rigor, es el intento de pensar ambas cuestiones. No es suficiente
ni basta con arreglar edificios, equiparlos de tecnologías y recursos,
financiar, etc., si no sabemos ¿para qué, por qué? Los fines de la educación
condicionan la función social de las instituciones educativas, justifican
currículos, determinan procesos pedagógicos y la misma organización y el
funcionamiento del sistema depende de la idea de quiénes se educan, qué es
educar y para qué.
12. Si como
dicen los arquitectos, en diseño la forma sigue a la función, también en educación
las formas –recursos, medios- siguen a la razón filosófica de educar (=función).
Decimos a los estudiantes para eso vas a la escuela. Decimos a las
familias a eso tu hijo viene a aprender. Decimos a la sociedad para eso
apoyamos la educación. ¿Qué es eso? Es
el fin de la educación.
13. Lo demás
viene por añadidura; pues bien, volvamos a la pregunta original ¿dónde ver eso de los fines educativos? Puesto que
es algo intangible y tácito en la mente del ser humano, de algún modo ha de
traducirse en algo tangible y explícito. Empecemos por ver los fines educativos
en los textos oficiales de las instituciones en que declaran su misión o
propósitos. Sin duda que se puede escribir cualquier demagogia, el papel no
ofrece gran resistencia. He leído innumerables declaraciones filosóficas que se
desmienten con la realidad de la experiencia de los estudiantes.
No obstante, esos
documentos nos ofrecen una idea general de las intenciones y deseos de una escuela o universidad. Es habitual en instituciones educativas
con interés de elevar su estatus académico que traduzcan su misión o “filosofía
educativa” en un texto denominado perfil del egresado, la especificación de
cualidades o competencias que el egresado debe exhibir –vocablo técnicamente correcto[1]- al
graduarse de la escuela o universidad de marras. Los perfiles cumplen usos
pragmáticos para desarrollar currículos, establecer ofertas académicas, definir
estrategias de enseñar, evaluar estudiantes, etc. Un cínico advertirá que no es
más que un laundry list, pero a la
filosofía educativa le interesa saber qué piensa una institución sobre el estudiante
educado en su oferta educacional:
carácter, comportamiento, habilidades, pensamiento, conocimientos, valores,
etc., que sean indicativos que ese estudiante merece graduarse… pues se educó bien.
14. Magna tarea,
pues, redactar un perfil del egresado. Hay que pensar cuestiones de fondo sobre
el ser humano, la sociedad, el conocimiento, la verdad, el bien, la economía, el
trabajo, el ocio, la alegría, el dolor, el amor: desde esa matriz concebimos al
educando y su educación[2].
Regresemos con la maestra. ¿Qué quisiera ver en sus estudiantes que se educan
en su grado y en su escuela?
Continuamos.
[1] Las graduaciones son
exhibiciones públicas con atuendos medievales que simbolizan a egresados
certificados bajo los perfiles de la institución que los diploma en ese evento
memorable. Hans Christian Andersen pone en boca de un suspicaz niño ante el
galante Emperador la célebre frase inocente The
King is Naked! Da qué pensar.
[2] Ver ensayo sobre Perfil del graduado de escuela superior.
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