Monday, May 7, 2012

conceptos de educacion V


Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
Facultad de Educación
Departamento de Fundamentos Educativos

Filosofía de la Educación (EDFU 4019)     
Pedro Subirats Camaraza

Conceptos de Educación V

18. La educación es, ante todo, una actividad práctica. Anclada en un contexto, acontece siempre en la realidad espacio/temporal de una época y lugar determinado. Como actividad, la educación se hace con miras a obtener resultados prácticos. El resultado lo podemos enunciar en una idea simple: mejorar a la persona en algún sentido. Es ilógico educar para empeorar. La frase “la educación lo empeoró” es un contrasentido. Por estricta lógica la educación no maleduca[1]. Si un proceso “educativo” no mejora a la persona en algún sentido, su experiencia fue diferente de educar, acaso se instruyó, entrenó, adiestró, adoctrinó, amaestró, etc., términos neutrales que pudieran o no ser educativos, dependiendo de ¿qué? El qué es la condición necesaria y suficiente para valorar un proceso y un resultado como educativo. Un caso evidente: el Departamento de Educación debe llamarse como antes, de Instrucción, concepto correcto aplicado a estudiantes que se instruyen pero no necesariamente se educan. Un maestro incompetente que grita en clase sin saber enseñar, no educa. Unos estudiantes violentos que destruyen propiedades y amenazan a compañeros, no se educan. Un ejemplo dramático me ocurrió en la década del 70 en una visita a un “colegio” de prostitución para niñas de 11-15 años en Centroamérica. Una antropóloga y yo fuimos invitados por (el Alcalde) y la madame directora quien nos explicó el método “educativo” del plantel escolar. No vimos “prácticas” pero sí tuvimos conversación informal con unas recién “graduadas” que empacaban para irse a prostíbulos de la capital. La visita breve y controlada fue una experiencia desgarradora de ver la vil e inhumana explotación de niñas viviendo en pobreza y esclavizadas por los gobiernos. El cuento viene por esto: mi discusión con la madame directora giró sobre la palabra “educar”. Admití la eficacia técnica del sistema. Acepté que la metodología didáctica produce resultados deseados. Estuve de acuerdo en que la enseñanza es efectiva en lograr los objetivos que se proponen. Sin duda su método evaluativo es confiable para apreciar la habilidad en el ejercicio del oficio. No tienen problemas pedagógicos de coherencia entre fines y métodos (si me aprietan el botón cínico sugiero a Ministerios de Educación del mundo analicen el modelo pedagógico de ese plantel, haciendo los ajustes éticos necesarios para el currículo de la población general). Pero en ese lugar deprimente no se educa nadie. La madame y yo estuvimos de acuerdo con respecto a la eficacia metodológica del plantel. La discrepancia era sustantiva, no técnica: diferimos en el valor que damos a la palabra “educación”.

19. Nuestra perspectiva hermenéutica del proceso educativo se basa en esa idea simple, la repito: la persona debe mejorar en algún sentido. Simple de enunciar, difícil de aplicar. La cuestión es definir qué significa mejorar y en qué sentido acontece la educación. Esto se complica, pues aún si acordamos un significado de en qué sentido se mejora, enfrentamos el problema de saber qué acciones educativas han de realizarse para lograr resultados educacionales, es decir, qué acciones de enseñar-aprender, qué currículo, qué fines, se pueden predicar de una educación auténtica. Nótese el adjetivo “auténtica”, otra vuelta más a la tuerca conceptual de la educación.

20. Decimos que la educación es una actividad para obtener resultados prácticos. Otra manera de expresarlo es decir que la persona al educarse experimenta una transformación para su bien-estar y el bien-estar de los demás[2]. Que la educación sea práctica no quiere decir que se contrapone a la teoría[3]. Es una falsa dicotomía. Una teoría es una visión del mundo, un conjunto de conceptos, proposiciones, modelo o representación mental organizada que trata de dar cuenta de manera coherente de una situación, fenómeno o unas observaciones de un aspecto de la realidad. El valor de una teoría es que aspira a producir conocimientos o explicar una parte de lo real. Las teorías educativas ayudan a estructurar los saberes de que dispone esa teoría (psicológicos, sociológicos, económicos, filosóficos, etc.) de manera que puedan ser sintetizados o utilizados. A diferencia de la matemática pura que no busca resultados prácticos, la educación es una práctica social en una sociedad determinada con necesidades y expectativas. Consecuentemente, la educación procura una función práctica y reflexiva: se teoriza la práctica y la práctica se teoriza. Por tanto, educar es una práctica teórica (el nombre griego de la acción que transforma es la praxis).

21. ¿Qué esperar de la educación? ¿Cómo saber quién es educado? Un niño aborigen australiano, en NY, en Japón, en China, en África, en todo el mundo, en cualquier situación socioeconómica, todos nacen en sociedades con expectativas de qué es ser educados. Las formas, los contenidos y los fines de la educación son diferentes. En Paris y el Sahara hay expectativas y necesidades distintas. Pero toda sociedad tiene ideas y creencias de qué es ser educado en esa cultura. Aún en sociedades democráticas con pluralismo cultural de diferentes etnias, existe una base común de valores y creencias educativas para toda la población. El imaginario educativo común a todos los pueblos y culturas para sus jóvenes generaciones se puede decir en estos términos genéricos:

poseer saberes, conocimientos, habilidades, actitudes, valores, hábitos y conductas que se consideran necesarios para esa sociedad y cultura.

En cualquier contexto sociopolítico, económico, histórico o situación del sujeto que se educa, se espera que los niños y jóvenes (también adultos) posean esas características generales:
  • conocimientos y saberes que puedan explicar por vía oral o escrita
  • conocimientos y saberes que pueden aplicar en situación específica y ser generalizados
  • habilidades que demuestren en una situación concreta y que puedan generalizar
  • actitudes que les facilite vivir con eficacia en su medio ambiente
  • valores y creencias que sostienen la convivencia del grupo cultural
  • hábitos o patrones de conducta apropiados a la circunstancia en que viven

Es razonable decir que la educación ha de fomentar esas características generales. Pero estamos en las formas, no en los contenidos. Sigue pendiente la cuestión del ¿qué? el contenido detrás de las formas. Pues no cualquier conocimiento, hábito, valor, habilidad, conducta, es educativo. Hay que seguir dando vueltas a la tuerca conceptual, queda trecho por caminar.




[1] Aunque leerás un ensayo titulado Sobre la posibilidad de maleducar en que contradecimos lo que decimos aquí. Verás por qué.
[2] Ver documento Qué es tener una experiencia transformadora que explica la fenomenología de la experiencia.
[3] Ver documento Teoría y Práctica: un binomio educativo indisoluble en que ampliamos este asunto

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