Universidad
de Puerto Rico
Recinto
de Río Piedras
Facultad
de Educación
Departamento
de Fundamentos Educativos
Filosofía de
la Educación (EDFU 4019)
Pedro Subirats
Camaraza
Conceptos
de Educación V
18. La
educación es, ante todo, una actividad práctica. Anclada en un contexto,
acontece siempre en la realidad espacio/temporal de una época y lugar
determinado. Como actividad, la educación se hace con miras a obtener
resultados prácticos. El resultado lo podemos enunciar en una idea simple: mejorar a la persona en algún sentido.
Es ilógico educar para empeorar. La frase “la educación lo empeoró” es un contrasentido.
Por estricta lógica la educación no maleduca[1].
Si un proceso “educativo” no mejora a la
persona en algún sentido, su experiencia fue diferente de educar, acaso se
instruyó, entrenó, adiestró, adoctrinó, amaestró, etc., términos neutrales que pudieran
o no ser educativos, dependiendo de ¿qué? El qué es la condición necesaria y suficiente para valorar un proceso
y un resultado como educativo. Un caso evidente: el Departamento de Educación debe
llamarse como antes, de Instrucción, concepto correcto aplicado a estudiantes que
se instruyen pero no necesariamente se educan. Un maestro incompetente que grita
en clase sin saber enseñar, no educa. Unos estudiantes violentos que destruyen propiedades
y amenazan a compañeros, no se educan. Un ejemplo dramático me ocurrió en la
década del 70 en una visita a un “colegio” de prostitución para niñas de 11-15
años en Centroamérica. Una antropóloga y yo fuimos invitados por (el Alcalde) y
la madame directora quien nos explicó el método “educativo” del plantel
escolar. No vimos “prácticas” pero sí tuvimos conversación informal con unas recién
“graduadas” que empacaban para irse a prostíbulos de la capital. La visita breve
y controlada fue una experiencia desgarradora de ver la vil e inhumana explotación
de niñas viviendo en pobreza y esclavizadas por los gobiernos. El cuento viene
por esto: mi discusión con la madame directora giró sobre la palabra “educar”.
Admití la eficacia técnica del sistema. Acepté que la metodología didáctica
produce resultados deseados. Estuve de acuerdo en que la enseñanza es efectiva
en lograr los objetivos que se proponen. Sin duda su método evaluativo es
confiable para apreciar la habilidad en el ejercicio del oficio. No tienen
problemas pedagógicos de coherencia entre fines y métodos (si me aprietan el
botón cínico sugiero a Ministerios de Educación del mundo analicen el modelo
pedagógico de ese plantel, haciendo los ajustes éticos necesarios para el
currículo de la población general). Pero en ese lugar deprimente no se educa
nadie. La madame y yo estuvimos de acuerdo con respecto a la eficacia metodológica
del plantel. La discrepancia era sustantiva, no técnica: diferimos en el valor
que damos a la palabra “educación”.
19. Nuestra
perspectiva hermenéutica del proceso educativo se basa en esa idea simple, la repito:
la persona debe mejorar en algún sentido. Simple de enunciar, difícil de
aplicar. La cuestión es definir qué significa mejorar y en qué sentido acontece
la educación. Esto se complica, pues aún si acordamos un significado de en qué
sentido se mejora, enfrentamos el problema de saber qué acciones educativas han
de realizarse para lograr resultados educacionales, es decir, qué acciones de
enseñar-aprender, qué currículo, qué fines, se pueden predicar de una educación
auténtica. Nótese el adjetivo “auténtica”, otra vuelta más a la tuerca
conceptual de la educación.
20. Decimos
que la educación es una actividad para obtener resultados prácticos. Otra
manera de expresarlo es decir que la persona al educarse experimenta una
transformación para su bien-estar y el bien-estar de los demás[2].
Que la educación sea práctica no quiere decir que se contrapone a la teoría[3].
Es una falsa dicotomía. Una teoría es una visión del mundo, un conjunto de
conceptos, proposiciones, modelo o representación mental organizada que trata
de dar cuenta de manera coherente de una situación, fenómeno o unas observaciones
de un aspecto de la realidad. El valor de una teoría es que aspira a producir
conocimientos o explicar una parte de lo real. Las teorías educativas ayudan a
estructurar los saberes de que dispone esa teoría (psicológicos, sociológicos,
económicos, filosóficos, etc.) de manera que puedan ser sintetizados o
utilizados. A diferencia de la matemática pura que no busca resultados
prácticos, la educación es una práctica social en una sociedad determinada con
necesidades y expectativas. Consecuentemente, la educación procura una función práctica
y reflexiva: se teoriza la práctica y
la práctica se teoriza. Por tanto, educar es una práctica teórica (el nombre griego de la
acción que transforma es la praxis).
21. ¿Qué
esperar de la educación? ¿Cómo saber quién es educado? Un niño aborigen
australiano, en NY, en Japón, en China, en África, en todo el mundo, en cualquier
situación socioeconómica, todos nacen en sociedades con expectativas de qué es
ser educados. Las formas, los contenidos y los fines de la educación son
diferentes. En Paris y el Sahara hay expectativas y necesidades distintas. Pero
toda sociedad tiene ideas y creencias de qué es ser educado en esa cultura. Aún
en sociedades democráticas con pluralismo cultural de diferentes etnias, existe
una base común de valores y creencias educativas para toda la población. El imaginario educativo común a todos
los pueblos y culturas para sus jóvenes generaciones se puede decir en estos
términos genéricos:
poseer saberes, conocimientos, habilidades,
actitudes, valores, hábitos y conductas que se consideran necesarios para esa
sociedad y cultura.
En cualquier contexto
sociopolítico, económico, histórico o situación del sujeto que se educa, se
espera que los niños y jóvenes (también adultos) posean esas características
generales:
- conocimientos y saberes que puedan explicar por vía oral o
escrita
- conocimientos y saberes que pueden aplicar en situación
específica y ser generalizados
- habilidades que demuestren en una situación concreta y que
puedan generalizar
- actitudes que les facilite vivir con eficacia en su medio
ambiente
- valores y creencias que sostienen la convivencia del grupo
cultural
- hábitos o patrones de conducta apropiados a la circunstancia
en que viven
Es razonable decir
que la educación ha de fomentar esas características generales. Pero estamos en
las formas, no en los contenidos. Sigue pendiente la cuestión del ¿qué? el
contenido detrás de las formas. Pues no cualquier conocimiento, hábito, valor,
habilidad, conducta, es educativo. Hay que seguir dando vueltas a la tuerca
conceptual, queda trecho por caminar.
[1] Aunque leerás un ensayo titulado Sobre la posibilidad de maleducar en que contradecimos lo que
decimos aquí. Verás por qué.
[2] Ver documento Qué es tener
una experiencia transformadora que explica la fenomenología de la
experiencia.
[3] Ver documento Teoría y
Práctica: un binomio educativo indisoluble en que ampliamos este asunto.
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