Saturday, August 13, 2016

Áreas del saber filosófico y tradiciones filosóficas


En la historia de la filosofía occidental se han precisado asuntos que ponen la mirada en problemas y preguntas, en un tiempo histórico, con autores que debaten con antecesores y tradiciones, plasmando acuerdos y desacuerdos, asuntos relativos a la realidad, el bien, el conocimiento, el ser humano y su destino, y otros. En el tronco de la filosofía, esos asuntos se ramifican en áreas del pensar filosófico con voces que suenan muy filosóficas: metafísica, epistemología, axiología, ontología, antropología. Son términos abultados que llevan en sus entrañas mucha vitalidad de pensamiento, que también pone la mirada en quehaceres que podrían ser objeto de filosofar por el tipo de problemas y preguntas que suscitan: ciencia, religión, política, derecho, arte, tecnologías, economía, cultura, negocios… educación. Para el curso, resumo las áreas de la filosofía que han concernido directamente a la educación.

Metafísica. El humano anhela saber más allá de lo concreto, cotidiano. Su innata curiosidad le hace preguntar si existe una realidad última, primordial, esencial, un principio, arjé, del que depende todo lo que existe, existió y podría existir. Es pensar curioso, asombrado ante lo existente. ¿Qué es lo real? ¿Hay un principio que envuelve todo? ¿Existe alguna sustancia primordial que crea o causa lo existente y por existir? ¿Esa sustancia, si la hay, es material o mental o espiritual? ¿Hay niveles de realidad distintos, si los hay, se conectan? ¿Cómo se originó el universo? ¿Es el cosmos inteligible, ordenado en principios o leyes? ¿El universo tiene propósito, inteligencia, finalidad? ¿Es caos? ¿Existe una realidad sobre-natural, cómo se sabe? La metafísica ha sido muy criticada en la modernidad porque los conceptos que maneja no parecen estar fundamentados en la realidad, son conceptos vacíos, mal uso del lenguaje que no remite a la experiencia, no se puede acudir a criterios observables para verificar. Aún con esas críticas, no podemos evitar plantear cuestiones últimas del ser, la muerte, Dios, el alma, el cosmos en su origen y destino. Por ese motivo Schopenhauer decía “somos un animal metafísico”. La mayor pregunta metafísica es sin duda acerca del ser tal como lo planteó Leibniz: ¿Por qué hay algo más bien que nada? Que ningún saber, ninguna ciencia, de respuestas a comprobar, eso no impide plantear la pregunta, acaso un misterio.    

Epistemología. El humano desea saber, crea lenguajes simbólicos llamados conocimientos. Homo sapiens sapiens es un ser cultural que necesita conocer. ¿Qué es conocer, al decir, “conozco”? ¿De qué fuentes se originan los conocimientos? ¿Qué puedo conocer? ¿Puedo ser engañados de lo que creo conocer? ¿Cómo saber la verdad o la falsedad de lo que uno conoce? ¿Cómo fundamentar mis conocimientos? ¿Qué es la verdad? ¿Hay diferentes formas de verdad, si las hay, se conocen de igual manera? ¿Es la verdad objetiva y universal o relativa y particular? ¿El conocimiento es objetivo o subjetivo? ¿La verdad es independiente de la experiencia? ¿Cómo justificar creencias? ¿Es igual creer que conocer? ¿Hay límites a lo que podemos conocer? ¿Conocer, saber, creer, es lo mismo? Preguntas epistemológicas en la búsqueda de las condiciones que hacen posible el conocimiento.

Axiología. En la vida personal y social, en conductas y relaciones, acuerdos o desacuerdos, gustos o disgustos, encontramos valoraciones, implícitas o explícitas. Vestimenta a ponerse, comida a decidir, ingresar en partido político, convertirse a una religión, desear relación sexual, amor y desamor, suicidarse, en todo subyacen valores en algún sentido. La tradición filosófica denomina dos tipos: estéticos sobre la belleza y fealdad y éticos del bien y mal. ¿Qué es un valor? ¿Por qué valoramos? ¿Valores son objetivos o subjetivos? ¿Universales o relativos? ¿Son los valores intrínsecos a las cosas o las situaciones, o son el producto de interpretaciones, deseos o preferencias? ¿Qué es la belleza? ¿Es un gusto subjetivo o hay criterios objetivos? ¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? ¿El bien o el mal están en acciones o en personas? ¿De qué fuentes surge la noción del bien? ¿Cómo se aprende la bondad? ¿Los valores estéticos y éticos están en los hechos, o el humano les da significado? ¿Hay valores más importantes que otros, hay jerarquía valorativa? ¿Hay relación entre valores hablados y vivencia real? ¿Qué es consciencia? ¿Qué relación si alguna hay entre valores y educación? ¿Los valores se revelan, se imponen, se deciden?

Ontología, Antropología. Si pierdo el celular, lo busco, ¿dónde?, en algún lugar. Y si me pierdo yo ¿dónde buscarme? ¿Qué es perderme existencialmente? ¿Cuál es mi identidad, si alguna? ¿Qué significa “ser”, al decir “soy María, soy Pedro”? ¿Quién es el yo que afirmo ser yo? El filósofo Heidegger fue quien llamó al hombre (especie, no género) el existente humano. Antes se había dicho era un viviente social, animal político, animal racional, criatura divina. Hubo quien le puso el apodo de “caña pensante” y no faltaron quienes nos sitúan entre mitad bestia y mitad ángel.

En la década del 40 del siglo XX se creyó decir la última palabra cuando nos describieron como un ser con consciencia intencional dadora de sentido. Más audaces, y no menos realistas, son quienes nos califican de náusea (Sartre) o el viejo Sófocles en mitad drama y mitad augurio “hay muchas cosas terribles, pero nada más terrible que el hombre mismo”. Podríamos seguir transcribiendo testimonios de dar un sentido o sinsentido al humano, sin llegar nunca al fin, porque siempre aparecen nuevas apreciaciones de quiénes somos.

Tal abanico de interpretaciones del “ser” que somos no acaba de aclararse, definirse, o es imposible hacerlo. El humano anda aproximadamente cuarenta mil años caminando en la tierra, más o menos erguido, y no ha dado señas de su identidad. O más bien, sí la ha dado, pero conflictivas. Somos enigma. Aunque revestidos de luz (consciencia, inteligencia, razón), nos habitan zonas oscuras (inconsciente, preconsciente, irracional, locuras). Somos contradictorios. Un ser capaz de realizar proezas de heroísmo, altruismo, amor, también nos atrapan violencia, odio, maldad. El humano es, por un lado, el amable y servicial Dr. Jekill, y por otro, el asesino implacable Mr. Hyde. Somos misterio.

Hemos tratado más el aspecto ontológico y antropológico, dado que la identidad humana, el ser que somos, queremos y podemos ser, es el núcleo de filosofar la educación. La filosofía pregunta sobre lo real, el conocimiento, los valores… y en educación todas las preguntas conducen a ¿qué o quién es el humano, en qué mundo debería vivir, qué educación? Cuando los latinos traducen del griego las grandes búsquedas filosóficas, vemos en emblemas y en escudos universitarios los vocablos: verum, pulchrum, bonum,  verdad, belleza, bien.
                                                                     …          
En la historia de la filosofía las reflexiones sobre la realidad, el conocimiento, los valores, la ontología, la antropología, se clasifican en tradiciones de ideas más o menos parecidas, con un lenguaje filosófico: idealismo, realismo, naturalismo, escolástica, humanismo, marxismo, anarquismo, existencialismo, pragmatismo, vitalismo, positivismo, fenomenología, teoría crítica, estructuralismo, y demás. Es un inmenso océano de ideas que se intentan agrupar en semejanzas, diferencias, énfasis. No obstante, hay que ser cauteloso al considerar esas tradiciones -filosóficas, sociopolíticas y culturales- y pretender “aplicarlas” a la educación. Hay obras de filosofía educativa que etiquetan esas corrientes, afluentes, de ideas en querer comprender la educación. Es un error conceptual y metodológico, teórico y práctico. Esas clasificaciones (idealismo, realismo, etc.) encuadran procesos educativos como si las ideas fuesen causa o determinación de las acciones educativas. No. Las ideas filosóficas no son modelos, prototipos, palancas, teclados, que dirigen la práctica educativa. Educación y filosofía educativa no son polos extremos en que de un extremo teórico se pasa por puente de aplicación al extremo práctico, por ejemplo, el esencialismo en sus categorías abstractas es una especie de nube virtual de ideas que la educadora hace download como un app a su práctica educativa. No es así.[1]  

Entonces, ¿por qué tratar esto en EDFU 4019? Por dejadez o inercia en las facultades de educación de no actuar con presencia filosófica y educativa ante agencias acreditadoras y organismos estatales y privados que examinan prospectivos educadores, cuyos exámenes, en filosofía educativa, son un inverosímil disparate. De todas maneras, cumplamos con esas tonterías examinadoras, al repasar el siguiente esquema de tradiciones y autores[2].

Autores                                                                                  Tradiciones
Platón, S. Agustín, Spinoza, Leibniz, Berkley,                                   Idealismo
Descartes, Kant, Hegel, Gentile, Newman
                                                                              
Aristóteles, Tomás Aquino, Comenio,                                                 Realismo
Locke, Whitehead, Russel

Hobbes, F.Bacon, Rousseau, Spencer                                                   Naturalismo

Peirce, James, Dewey                                                                                  Pragmatismo

Kierkegaard, Jaspers, Sartre, Greene                                                   Existencialismo

Maritain, Mounier, Marcel, Flores d’Arcais,                                      Personalismo                                                 
García Hoz, Carlos Díaz                                  

Buber, Rogers, Bhaktin, Freire, Sidorkin                                            Educación dialógica

Marx, Engels, Makarenko, Luria,                                                            Marxismo, neo-marxismo
Lukács, Althusser, Marcusse, Gramsci,
Bourdieu, Suchodolski,

Freire, Bowles, Gintis, Apple, Giroux,                                                  Educación liberadora 

Derrida, Lyotard, Baudrillard, Foucault, Lacan                                               Postmodernos

Piaget, Bruner, Vygotsky, Ausubel, Gardner                                     Constructivismo, cognocitivismo

Counts, Shane                                                                                                 Reconstruccionismo

Watson, Skinner, Ellis, Bandura                                                             Conductismo

Hirst, Martin, Barrow, Scheffler                                                             Analíticos del lenguaje

Tolstoy, Ghandi, Emerson, Thoreau, Wilber                                     Trascendentalismo

Ferrer Guardia, Reich, Marcuse, Lapassade, Reimer,                   Anti-autoritaria, anarquismo
Illich, Milani, Neill, Goodman, Schere, Chomsky

Steiner, Montessori, Freinet, Waldorf, Holt, Kohl,                         Educación nueva, alternativa,
Kozol, Wallon, Egan, Gatto, Tolstoy, Miller, Palmer                      espiritualidad

Adler, Hutchins, Bloom, Hook, Hirsh, Zakaria                                  Educación liberal, cultura occidental


Recordemos, por favor, no son fronteras rígidas del conocimiento, tampoco etiquetas en el sombrero que identifica el equipo filosófico del jugador/a. No obstante, sí representan una inclinación en el pensamiento que sitúan autores en convergencias y debates entre sí.  









[1] Ver ensayos Teoría-Práctica en educación; Recapitular: filosofía, educación, filosofía educativa.
[2] Ver ensayos sobre idealismo, realismo, pragmatismo, existencialismo, naturalismo, educación liberadora.

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