Wednesday, May 25, 2016

¿Qué es educación?




¿Qué es un mosquito? tiene respuesta clara y definida. Basta hacer tres tareas sencillas: ir al diccionario, buscar un mosquito o consultar un experto. Muchas cosas en el mundo y en la naturaleza tienen definiciones exactas y personas que pueden explicar su significado, por sus estudios, conocimientos y experiencias. Pero hay cuestiones difíciles de definir, sin un significado preciso, que no se explican fácilmente. ¿Qué es educación? no se responde con diccionarios ni expertos.

¿Qué es amor? ¿Qué es el bien? ¿Qué es la verdad? ¿Qué es Dios? Quizá el modo de formular la pregunta “qué es” es incorrecto. En vez qué es, sería preferible dar una idea de lo que se piensa, aceptando lo imposible de definir realidades complejas como amor, bien, verdad, dios, con definición determinante que clausure pensar otras posibilidades.

Así es con “educación”, vocablo polisémico con infinidad de significados según los puntos de vista o perspectivas del que interprete. Lo hablado, lo escrito y lo practicado a nombre de la educación es incontable e inconmensurable. A veces nos sentimos abrumados con las innumerables charlas, congresos, ponencias, escritos, tesis, investigaciones, experimentos, “mejores prácticas”, leyes, pronunciamientos, reuniones, en descifrar el enigma educativo. Propongo ver la polisemia de la palabra en conocimientos que estudian la educación, más algunos ámbitos, rostros y prácticas que asume la educación.

Educación: históricamente, es transmisión de cultura en mantener y mejorar la sociedad; antropológicamente, es iniciar a jóvenes en ritos de paso que les prepare a participar como miembro activo en sociedad adulta; sociológicamente, es internalizar e institucionalizar las tradiciones culturales; políticamente, es preparación para la ciudadanía en la vida  pública; económicamente, es adquirir conocimientos, valores, habilidades en entrenar el capital laboral; institucionalmente, es ordenar saberes históricos a transmitirlos en programas que ofertan grados y títulos; existencialmente, es concienciación de ser y estar en el mundo con sentido de vivir; religiosamente, es ascesis de salvación en lo sagrado; ecológicamente, es desarrollar la sensibilidad de cuidar y preservar el hogar planetario. Etcétera.

La voz “educación” es elástica, se estira hasta donde se quiera con el significado de quien hable o escriba. Sin duda hay mejores interpretaciones que las mías. Pero todas son meros constructos teóricos, es decir, son lenguaje simbólico. Educación no es”, propiamente, esos lenguajes interpretativos. Nunca lo real es lo que se dice, se cree o se piensa. Lo real vuela por encima de las redes mentales que nos atrapan en doctrinas, dogmas, ideologías. 

Educación: también se comprende en varios sentidos, acentuando uno u otro de diversos modos en prácticas sociales, como por ejemplo... En uso cotidiano, al hablar de educación se suele entender una actividad conectada con determinadas personas en sus roles sociales -maestros, profesores, tutores-, con encargo de ‘educar’ nuevas generaciones en transmisión del lote cultural. También se cree que la educación ocurre en espacios y tiempos específicos en instituciones formales que otorgan grados y certificados.

Educación: en la familia como núcleo sociológico del nacer y del aprender básico, se habla del derecho educativo de las familias, del que surge el legítimo movimiento home-schooling.

Educación: de modo más amplio, se dice es un proceso de acción formativa en torno a fines educativos; o en sentido de resultados evaluados en función de logros; lo que implica, por lógica, que esos logros dependen de estándares y un aparato complicadísimo de protocolos, procedimientos, instrumentos, gente con peritajes para emitir juicios válidos y confiables.

Educación: en lo macro-social se habla de educación como sistema compuesto de factores organizacionales, financieros, tecnológicos, humanos, en la producción y la distribución de la educación como un bien socio-político, cultural, histórico en un tiempo/espacio dado. Y esos sistemas educativos habitan en lo privado y lo público, según la autoridad que legitima la educación, sea el estado o entidades privadas.

Educación: por si fueran pocos los anteriores ámbitos, rostros y modalidades, la educación acontece no sólo o no tanto, en escuelas, familias, iglesias, entidades privadas o públicas, seculares o confesionales, sistemas, y todo ello de manera intencional predeterminada, sino sobre todo, la educación acontece en la calle, el barrio, el vecindario, la comunidad, con amigos, los grupos espontáneos, en juegos libres, en acción autodidacta, en que educación per se es la experiencia personal e intersubjetiva sin adjetivos ni etiquetas.

¡Qué laberinto de caminos y destinos educativos! ¿Qué es educación? nadie sabe respuesta. Nadie puede saberla. Porque no existe. Santo y bueno así sea.

No encuadremos la educación, ella es libre y espontánea, experiencia y acontecimiento, en la zona epistémica intermedia entre el saber y el misterio.

Por sus frutos la conoceréis.

Educación: metamorfosis del humano en saber vivir bien. La sabiduría. ¿El amor?





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