Monday, January 30, 2012

Un acercamiento al concepto crisis

Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
Facultad de Educación

Fundamentos Filosóficos de la Educación: EDFU 4019 (3 créditos)
Pedro I. Subirats Camaraza

Un acercamiento al concepto crisis

1. Al igual que su prójimo crítica, el concepto crisis es de uso frecuente en conversaciones cotidianas, en los medios noticiosos y los discursos intelectuales o académicos. Hablar de crisis es referirse al otro lado de la vida, el oscuro, pues también existe el lado luminoso. Asomados al lado luminoso del mundo reconocemos las incontables mejoras de todo tipo en la civilización vinculadas a la ciencia, tecnologías, medios de comunicación, el empuje de libertad y democracia, obras de arte, el pensamiento filosófico. Tal valoración positiva es un necesario trasfondo del lado oscuro humano en su cara quebradiza de vivir a la intemperie inhóspita de la vulgaridad, la corrupción, la violencia, el odio y la estupidez colectiva que deja al mundo desprotegido, sin raíces éticas para habitar un hogar –material y espiritual- decoroso, decente y digno. Intemperie que se denomina “crisis”.

2. El signo más fuerte de la crisis, a nuestro entender, es un mundo cuya idiosincrasia es el sobrepeso del ego que en el individuo adquiere su derivación más contundente de individualismo con todo lo que éste implica de:

- desligamiento de estructuras limitadoras de valores éticos que le disciplinen su conducta
- aislamiento de los proyectos individuales de todo vínculo con el bien común social
- endurecimiento mental y afectivo ante la injusticia y el sufrimiento ajeno
3. El ego individual que se desborda y se proyecta a los semejantes y al mundo ha precipitado crisis en los diversos contextos y componentes de la vida social. No se puede decir que los rasgos que configuran la moderna idiosincrasia de individualismo son nuevos, como si la acabamos de estrenar en este tiempo. Se trata más bien de una herencia lentamente acumulada de milenios desde nuestros antecesores remotos que aflora hoy con particular pujanza de odio, violencia y terror. Lo que resulta nuevo es su carácter de globalidad y de constancia: es en todas partes, con regularidad e intensidad, no en algunas partes ni esporádica. Un examen más atento al concepto de crisis nos lleva a distinguir diversas hermenéuticas. Así, abordamos una interpretación de la crisis en cuatro significados: etimológico-semántico, filosófico, antropológico e histórico.

4. Etimológicamente la palabra crisis proviene del verbo griego krinein que significa juzgar, juicio, raíz de crítico (espíritu crítico, pensamiento crítico, actitud crítica, sentidos filosóficos de la palabra). La crisis, pues, es un cambio decisivo; una elección; una decisión final sobre un proceso iniciado; resolución, fin de una situación y comienzo de otra nueva; terminación de un acontecer comenzado con anterioridad que ahora, en el momento crítico, se pronuncia de manera definitiva, en sentido positivo o negativo, porque surge una situación nueva (conjunto de factores socioculturales, demográficos, etc.) que pone en cuestión o entredicho la anterior;
5. Semánticamente, en línea con el origen etimológico, entre los significados que evoca el vocablo “crisis” nos interesa destacar los siguientes: una mutación considerable que acaece en una enfermedad, ya sea para mejorarse o para agravarse el enfermo; mutación importante en el desarrollo de otros procesos de orden biológico, físico, históricos o espirituales. Por extensión de estos significados semánticos, se puede interpretar la “crisis” como: situación difícil y tensa en la vida de una persona, empresa o colectividad, de cuyo fin o solución depende la reanudación de la normalidad o la homeostasis organizacional y social; momento decisivo, crucial y grave de un negocio, de la política, de la economía, de una relación, de un contrato, de una situación en que los actores están enfrentados en conflictos o desavenencias que requiere decisiones, etc.

6. Desde un punto de vista filosófico la crisis puede entenderse con estos rasgos: conciencia de una situación problemática; aumento de posibilidades; perplejidad; desarraigo; desvanecimiento de creencias por dudas o contradicciones; inadecuación entre lo vivido y anhelado, discrepancia entre teoría o concepción de mundo y realidad cotidiana empírica; antropocentrismo, preocupación primaria por el individuo; exageración de tendencias antes vigentes, y ahora cuestionadas, en formas principales de fundamentalismos religiosos y moralidad sexual; retorno a lo antiguo como reacción; descubrimiento de verdades parciales que adquieren valoración desmesurada. La situación de crisis se experimenta como postura incómoda, es tensional, dinámico, no estático, no realidad conclusa, sino transición de algo que se acaba hacia algo por nacer, paso entre un estadio hecho y superado de la realidad, y otro en gestación y por venir, del que no sabemos con certidumbre su resultado, puede ser abocado al fracaso o logro positivo. El proceso crítico suele ser doloroso y difícil, pero también portador de aspectos positivos, de esperanza en un nuevo orden, de posibilidades antes no posibles.

7. En sentido antropológico la crisis constituye una condición congénita al ser humano en las diferentes esferas de su existir. Como tal, representa un fenómeno necesario e indispensable del acaecer humano, tanto personal como colectivo. Acontece como momento ineludible del proceso normal por el que tienen lugar las mutaciones inevitables -cuantitativa y cualitativamente- en las diversas esferas de los organismos vivos (vida biológica, social, política, económica, cultural). El humano en sí es constitutivamente “crítico”, vive en inseguridad innata, frágil y vulnerable, en una constante transición -a veces ruptura- de lo acabado y superado a lo nuevo por nacer. Este aspecto de la crisis es muy estudiado y comprendido en los campos de la psicología y la sociología.

8. Si la crisis es consustancial al humano, algo inherente a la condición de límites y mortalidad en que se vive siempre, consiguientemente, tiene una dimensión histórica. Son muchos los datos que hacen pensar que los acontecimientos locales y mundiales en que hoy nos encontramos evidencian una crisis histórica, el final del más gigantesco punto crítico en la historia en occidente y oriente. Los distintos órdenes de la existencia humana y de la estructura social han ido experimentando, uno tras otro, la situación de crisis: en el ámbito político, social, familiar, religioso, educativo, los sistemas de producción y del mecanismo económico, el orden de la cultura, de valores estéticos y éticos, las tecnologías, el conocimiento, etc., todo está en cuestionamiento, en un colapso paradigmático hacia nadie sabe con certidumbre qué.

9. La educación en este tiempo histórico está irremediablemente instalada en este escenario tan fascinante en su crisis como exigente en su comprensión crítica. La circularidad de ambos conceptos es evidente y necesaria.

10. La crisis en educación se piensa críticamente.

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