Monday, June 1, 2015

Cinco escenarios introductorios para filosofar la educación


Escenario 1: la rueda

Este curso es para filosofar la vida, filosofar al humano y filosofar la educación. Se confecciona siguiendo el esquema oriental de la rueda; de la circunferencia de una rueda parten los radios al centro de la rueda; siguiendo la dirección de cualquier radio se llega al centro. Así se conciben los diversos planteamientos filosóficos relacionados con la vida, lo humano y la educación. La educación es parte del humano, el humano parte de la vida, la vida está inmersa en la realidad. La realidad es interconectada. La filosofía habita en el núcleo de pensar la realidad. Este curso estudia textos que son como luces de posición en pistas de aterrizaje. Guías para reflexionar. Desde cada uno de esos puntos de la circunferencia se puede llegar al centro: la pregunta por lo humano y la pregunta por la vida, que llegan a la pregunta por educar y ésta por filosofar la educación. 

Escenario 2: pista de baile

Al reflexionar cada texto o lectura aparece tu propio pensamiento, que da lugar a un texto nuevo, distinto del que sirvió de plataforma de arranque. Como en toda lectura filosófica comenzamos discurriendo sobre un texto particular. Pero el texto es como pista de baile, a la que subimos todos para configurar juntos una danza que transforma. El texto es una plataforma común de arranque, a la que subimos en vez de quedarnos como espectadores. Por eso, lo comparamos con una pista de baile, al bailar juntos sobre ese texto, surgen arreglos de textos nuevos, una nueva coreografía del pensamiento colectivo. Preguntar, responder, preguntar otra vez con más respuestas y preguntas, en un baile en que sabemos más o menos cómo y dónde empezamos, pero no hacia dónde. Sin punto de llegada. El centro es puerta a otros círculos abiertos e infinitos. ¿Por qué querer llegar?  

Escenario 3: grupo de jazz

Filosofar la educación se parece a un grupo de jazz, que conjuga improvisación con acordes comunes para dar armonía al conjunto. Nada más y nada menos que el eco de un escenario en coreografiar pensar personal y comunitario sobre la educación.   

Escenario 4: fósiles, ADN, Hamlet

En un yacimiento arqueológico se descubren restos fósiles de enterramiento, y en los alrededores piedras talladas, utensilios caseros, instrumentos que podrían ser para caza o guerra. ¿Qué preguntas harían especialistas para reconstruir la vida primitiva en ese lugar? Tres especialistas conversan de los hallazgos: un genetista, paleontólogo y filósofo, al que apodamos Hamlet por sus preguntas radicales. “Me interesa –dice el genetista- averiguar datos del ADN y calcular las fechas de estos antecesores”. “Quiero estudiar –dice el paleontólogo- los utensilios y confirmar si ya usaban fuego entonces; las huellas de herida podrían haber sido causadas por un hacha de piedra, si fuera así, no sólo cazaban, también mataron a sus semejantes”. “Me da qué pensar lo que dicen –tercia el filósofo-. Si se confirma que los restos son de antecesores (según el genetista) y ya entonces se mataba (según el paleontólogo), me pregunto: ¿quiénes somos los humanos, esta especie que ya entones enterraba a sus muertos y también mataba a sus semejantes? ” Así habló nuestro Hamlet, voz filosófica. Ciencias de la vida y ciencias de la cultura dan qué pensar, y la filosofía persigue la pregunta a las profundidades insondables. 

Escenario 5: del laboratorio a la cafetería

Profesores de bioquímica, ciencias forenses y filosofía se encuentran en la cafetería. No pedimos al bioquímico enseñar a Hegel, ni al médico forense dejar la autopsia para explicar a Kant, ni al filósofo entrometerse con la química o los cadáveres. A la hora de almorzar se encuentran y comentan noticias: ¿a dónde va este mundo que se deshumaniza? Los tres filosofan. Las ciencias aportan datos para pensar lo humano. No sólo pensar lo humano, sino elegir lo que humaniza y evitar lo que deshumaniza. Entra en juego la filosofía ética para conjugar ciencia, convivencia y conciencia. A eso apuntan tres palabras: biología, biografía y bioética. Venimos de una trayectoria biológica y biográfica que es ética. Venimos de una biogénesis (los orígenes de la vida), una filogénesis (la evolución biológica) y una embriogénesis (el desarrollo embriológico en cada persona). Venimos de trayectoria biográfica que es biocultural. Es imposible distinguir lo que se debe a la naturaleza (nature) y lo que proviene de la crianza o cultura (nurture). Pero no estamos determinados por la biología ni la biografía. Podemos y tenemos que hacer algo con lo que la vida biológica ha hecho de nosotros y con lo que el tiempo pasado nos ha legado. 

Y surge la filosofía que piensa la vida que merece vivirse y piensa la educación que humaniza al humano. En otras palabras: filosofar la educación.
    






Un texto sin autoría: este texto lo escribiste al hacerte más preguntas

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