Thursday, January 12, 2017

Inteligencia flexible


Una característica notable de la inteligencia es ser flexible. La mente flexible es un estilo de vivir, una habilidad de guiar el rumbo y el destino de nuestras vidas, ver si es adecuado, y si no nos conviene ni beneficia, rectificar y cambiar viendo otra mejor opción. Flexibilidad de fluir en el Tao (hace bien meditar esa formidable lectura del Tao Te King).  

A veces las circunstancias en que estamos son estresadas por las clásicas cuatro P’s:
Prisa. Presión. Problemas. Preocupaciones.

Esas tensiones dificultan pensar, entorpecen la visión clara y correcta de las situaciones. La mayor parte de las circunstancias no están bajo nuestro control. Otras sí lo están. Hay que saber discernir.

El poder que tenemos en toda circunstancia es la mente flexible con amplio perímetro de perspectivas y posibilidades. Mente flexible, abierta, adaptativa, con más capacidad de ver situación, imaginar opciones, tomar decisiones, actuar con inteligencia (sin estupidez) y navegar por la vida fluyendo serenamente, a pesar de las jodiendas del medio ambiente.  

Al contrario, la mente rígida, inflexible, típica del estúpido y mediocre, es propensa a sufrir todo tipo de trastornos psíquicos, y peor, afectará mal a los demás y al entorno. En palabras más claras, la persona jodida consigo sale al mundo a joder a otros. Es una ley invariable de la estupidez colectiva en la historia de la humanidad.

¿Quién no ha sufrido los embates de la estupidez recalcitrante de quienes por su rigidez mental se nos quieren imponer con sus ideas estúpidas? ¿O que no cambian puntos de vista demostrados inútiles, falsos, obsoletos, peligrosos? ¿O que cometen errores habituales con olímpica torpeza?

Dogmáticos, fanáticos, fundamentalista, proyectando sus tonterías, en especial si se trata de moral, sexualidad, política, religión, esas áreas de la vida en que se invierten creencias fuertes, cargadas de emoción incontrolable por la inteligencia.   

Por fortuna la mente flexible fortalece sentimientos de sana autoestima, facilita mejores relaciones interpersonales, nos acerca a una vida tranquila, serena, en paz, feliz.

La persona de mente flexible no teme la incertidumbre de lo desconocido, o lo nuevo, o lo diferente. Una existencia sin riesgos, anclada en las rutinas y en lo predecible, empobrece la aventura de vivir, es un existir marchitado en sus posibilidades de evolución.

Insisto: mentes cerradas son un problema para sí mismas, un agobio a los demás y una tragedia para sociedades que viven. Impiden el progreso histórico, retardan la evolución de la consciencia humana, dificultan cambios necesarios -aunque dolorosos en ocasiones- para poder mejorar.

Mentes inflexibles, cerradas, dogmáticas, son un infierno al mundo.
Las mentes flexibles muestran, entre otras, estas características:

No temen discrepancias, pueden conversar temas difíciles con serenidad
Son capaces de dudar y cuestionar sus propias ideas y creencias
Con naturalidad y sentido de humor aceptan las críticas y evitan caer en justificaciones
Con apertura y sentido de humor cambian puntos de vista cuando la situación lo amerita
No necesitan solemnidades ni formalismos acartonados para ponderar o exponer sus ideas
No se inclinan ante las normas tradicionales si la ven absurdas, ridículas, obsoletas
Son inconformistas por naturaleza
Son transgresoras de la tradición cuando ésta ya impide el avance
Se oponen a toda forma de prejuicios, injusticias, discriminaciones, violación a la dignidad
Tienden a dar perspectivas amplias, esperanzadoras y optimistas
No son superficiales ni simplistas en sus análisis, apreciaciones, juicios sobre las cosas
Su manera de pensar es profunda, honda, abarcadora
Su manera de pensar acepta la complejidad, sin ser complicada
Rechazan los autoritarismos y totalitarismos, individuales y sociales
Defienden el pluralismo, las voces múltiples
Distinguen del pluralismo y la multiplicidad, las voces inteligentes de las torpes, necias

Personas con mente flexible no son un dechado de virtudes, no son paradigmas de santidad ni se erigen en modelos admirables, ni nada por el estilo. Simplemente buscan liberarse de las tonterías del mundo, las necedades en que vivimos, las mentiras e hipocresías.

Su fuerza radica en inventarse a sí mismo y fluir con los eventos sin lastimar ni lastimarse.

Su razón no se petrifica, es “razón que siendo razonable” refrenda en la vida buena.

No es veleta sometida a embates del viento que se mueve sin un norte, sino embarcación con motor propio, con timonel propio, que resuelve cambiar de ruta si era equivocada o de destino si éste no satisface ni da contentamiento.

Evita ese cóctel retardatario: negativismo, pesimismo, dogmatismo y oscurantismo.

Disfruta el buen vino de tu inteligencia, abierta, flexible, y recuerda, bondadosa.










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